Enlace Judío – Los líderes de los partidos Shas y Yahadut Hatorá celebraron una reunión de emergencia tras el anuncio de la prevista investidura del nuevo gobierno de Israel y la revelación de los acuerdos de coalición, informó la emisora pública Kan.

Los partidos ultraortodoxos anunciaron que trabajarán juntos de todas las formas, en Israel y en el mundo, para advertir del peligro que según sus líderes, supone el establecimiento del “nuevo gobierno laico de izquierda para el Estado judío”.

“Las facciones llaman a todo aquel que pueda intervenir para evitar la profanación de D-os, o que pueda influir en los legisladores que formarán parte de este gobierno malicioso”, dice el comunicado conjunto.

Los acuerdos de la nueva coalición aún no se han hecho públicos formalmente, pero al parecer incluyen el avance de un proyecto de ley sobre el servicio militar de algunos estudiantes de yeshivá.

Otras cuestiones, como la reforma a la conversión al judaísmo, el matrimonio civil, el transporte público y la apertura de los supermercados en Shabat, aparecían en los primeros borradores, pero se eliminaron del documento final, según el Canal 12.

Sin embargo, el presidente de Shas, Aryeh Deri, afirmó que un gobierno encabezado por el líder de Yamina, Naftali Bennett “destruirá y arruinará todo lo que hemos mantenido juntos durante 70 años. Un gobierno encabezado por Bennett destruirá el Shabat, la conversión, el Gran Rabinato, las leyes kosher y despedazará al pueblo de Israel, que tendrá que volver a vivir como en la diáspora. En aras de su ambición personal, Bennett está tirando por la borda todo lo que es importante para el pueblo judío”, apuntó.

“¡El Estado judío está en peligro!” declaró Deri. “El Estado de Israel está cambiando su rostro, su carácter y su identidad. Esta no es una separación de la religión y el Estado, sino un desarraigo de la religión del Estado”.

“Los nombres de los malvados se pudrirán”, dijo el líder de Yahadut Hatorá, Moshé Gafni, refiriéndose a Bennett y al presidente de Yesh Atid, Yair Lapid.

“Pondremos el grito en el cielo y en la tierra contra el comportamiento de este hombre que aparentemente lleva una kipá”, dijo Gafni en referencia a Bennett. “Desde el principio, sabíamos que esto es lo que quiere, que haya un gobierno antirreligioso, un gobierno laico”.

Gafni aseguró que los partidos ultraortodoxos no permitirán que Bennett nombre a rabinos nacionalistas religiosos para dirigir los consejos locales o para el Gran Rabinato.

“No lo permitiremos de ninguna manera. Habrá una guerra en todos los frentes, no habrá nada que pueda hacer este malvado”, advirtió.

El líder ultraortodoxo pidió a los votantes de Yamina y del sionismo religioso que “purguen a esta gente de entre ustedes, para que sean excomulgados y repudiados”.

Deri condenó la creación de un gobierno “gracias a los que llevan kipá cegados por la sed de poder, que cumplirán el viejo sueño de Meretz, Avodá, Lapid, Lieberman y el Movimiento Reformista”.

Yaakov Litzman, de Yahadut Hatorá dijo que el gobierno entrante es “un gobierno de extrema izquierda que ha perdido el rumbo, sus valores y su conciencia”.

Litzman calificó a Bennett de judío reformista, una denigración de primer orden en el mundo ortodoxo.

“Si Bennett firma todos estos acuerdos de coalición, es reformista, no hay diferencia entre ellos”, dijo. “Debería quitarse la kipá… para que al menos la gente entienda que es reformista”.

En respuesta a los insultos de los líderes ultraortodoxos, Bennett dijo: “Lamenté mucho escuchar las duras expresiones utilizadas por los diputados Gafni, Deri y Litzman. Son expresiones que no les suman respeto y reflejan la pérdida de escrúpulos”.

“Hace solo un año, cuando se formó el actual gobierno de unidad, Yamina quedó fuera y los ultraortodoxos se unieron al gobierno. No me vieron llamando a Gafni a que se quite la kipá. Había un gobierno, no éramos parte, y el sol brillaba por la mañana”.

“Los legisladores ultraortodoxos no nos enseñarán qué es judaísmo y sionismo”, apuntó Bennett.

“Como primer ministro, me ocuparé del público ultraortodoxo y del mundo de la Torá. A los ciudadanos ultraortodoxos del país les digo, nuevamente: no tienen de qué preocuparse. Por el contrario, en el último año se ha visto que son ustedes los que pagan con su propia vida, por una cultura política de abandono, preferencias a sus allegados y perpetuación de problemas”.

“Si la intención de este arrebato histérico es disuadirnos de la intención de lanzar una investigación del Estado sobre la tragedia de Merón, no funcionará”, insistió.

“Cuarenta y cinco civiles israelíes murieron. Alguien tiene que dar una respuesta”, concluyó el primer ministro entrante.

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