Enlace Judío.- Un esfuerzo de rescate llevó células madre de Estados Unidos a Israel para salvar la vida de un médico con COVID, que contrajo por segunda vez, y enfermedades de riesgo.
El Dr. Moshe Schwartz, un médico nacido en Estados Unidos que vive en Israel, necesitaba ayuda después de lidiar con problemas médicos posteriores al COVID, como la diabetes y el asma. Esta fue la segunda vez que contrajo el virus tras dar positivo en septiembre. Recibió células madre de su amigo para salvarle la vida.
Esto no hubiera sido posible sin la ayuda de muchos miembros de la comunidad judía que se unieron para ayudar a alguien a quien no conocían.
Antes de que Schwartz recibiera las células madre de Dov Landa, el director del Centro Médico Tov en Pomona, había estado ayudando a las personas con COVID a recibir la mejor atención posible y organizó tratamientos con anticuerpos monoclonales, solo para descubrir dos meses después que su amigo había estado en una máquina ECMO y un ventilador.
Schwartz, de 46 años, recibió el consejo de Landa de someterse a tratamientos con células madre mesenquimales, que ya habían curado a cientos de pacientes.
Landa inició un plan para donar las células madre a Schwartz a través de Pluristem Therapeutics de Israel y Longeveron de Miami, y recibió ayuda de United Hatzalah. Eli Beer, el fundador de United Hatzalah, también recibió las células madre mesenquimales durante los primeros días de la pandemia y también persuadió a Longeveron para que proporcionara un tratamiento gratuito para Schwartz, a lo que la compañía de Miami accedió con la aprobación de la FDA y el Ministerio de Salud de Israel, lo cual se dio después de muchas llamadas de Zoom y noches de insomnio, publicó The Jerusalem Post.
Las células madre tenían que enviarse a Israel lo más rápido posible, según Longeveron. Desde Miami no salían aviones a Israel hasta el domingo, por lo que fueron trasladadas a Nueva York para colocarlas en un vuelo el sábado por la noche desde el aeropuerto JFK. Hatzalah de Baruch Sandhaus del sur de Florida recuperó las células madre de Longeveron esa mañana para entregarlas a Simcha Shain de Paraflight, quien las llevó a un aeropuerto en Farmingdale.
Eventualmente surgieron más problemas. El gerente de JFK de El Al tuvo que despertar al jefe de ingeniería de la aerolínea en medio de la noche para obtener un permiso para empaquetar las células madre en hielo seco. Esto retrasó todo el vuelo en 30 minutos.
Cuando las células finalmente llegaron a Israel, los funcionarios exigieron documentos para que pudieran bajar del avión. United Hatzalah acudió en ayuda y organizó una ambulancia para llevar las células madre para su procesamiento. Schwartz recibió su primera dosis el lunes.
Landa había dicho que los médicos esperan que Schwartz se someta a más tratamientos hasta que mejore, y dijo que todo el viaje de entregarle las células a su amigo no habría sido posible sin la ayuda de muchos miembros de la comunidad judía que se unieron para ayudar a una persona a la que nunca conocieron.
“Las células madre pueden potencialmente ayudar a los pacientes a superar el problema lo suficiente como para poder comenzar a recuperarse, y tratamos de hacer todo lo posible cuando recibimos una solicitud compasiva”, dijo la vicepresidenta de fabricación de Longeveron, Lisa McClain-Moss.
“Este fue un verdadero milagro de Janucá”, dijo Landa, “y todos rezamos para que el milagro continúe”.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío