Dr. David Jeremiah/ El futuro de EEUU depende de nuestra relación con Israel

Enlace Judío: “Lo que voy a decir es una declaración dramática, pero no una exageración. Creo que el futuro de Estados Unidos y el de cualquier nación dependen en gran parte de un factor simple: nuestra relación con la pequeña nación de Israel”, dice el líder cristiano, en un artículo de opinión publicado en The Jerusalem Post.

“Creo sin disculpas en las promesas que Dios ha establecido en las Escrituras”, escribe el Dr. David Jeremiah.

Shadow Mountain Church Community es orgullosamente una iglesia sionista que aprecia a los judíos en nuestra comunidad, en Israel y en todo el mundo.

En general, esta ha sido nuestra historia en los Estados Unidos desde que los primeros 23 inmigrantes judíos llegaron a Nueva Ámsterdam (más tarde la ciudad de Nueva York) en 1654.

El espacio me impide volver a contar la historia completa del afecto mutuo expresado entre una congregación judía en Newport, Rhode Island, y el recién elegido presidente George Washington. Pero después de una visita a Newport, el presidente escribió a la congregación: “Que los Hijos del Linaje de Abraham, que moran en esta tierra, continúen mereciendo y disfrutando la buena voluntad de los demás habitantes; mientras que cada uno se sentará debajo de su propia vid y de su higuera, y no habrá nadie que lo atemorice”.

Lo que voy a decir es una declaración dramática, pero no una exageración. Creo que el futuro de Estados Unidos y el futuro de cualquier nación depende en gran parte de un factor simple: nuestra relación con la pequeña nación de Israel.

Quizás se pregunte si mi forma de pensar está al revés. Estados Unidos es la superpotencia más grande del mundo; Israel es una pequeña porción de tierra que alberga solo a unos pocos millones de ciudadanos. Uno pensaría que Estados Unidos es la clave para la supervivencia de Israel, y no al revés.

Dios tiene un historial perfecto
Pero soy un creyente sin disculpas en las promesas que Dios ha establecido en las Escrituras. Él nos dice en Génesis 12:3, hablando a Abraham, “Bendeciré a los que te bendijeren, y maldeciré a los que te maldijeren”.

Y Dios tiene un historial perfecto para cumplir sus promesas.

Mientras tanto, hoy, varios políticos estadounidenses electos expresan abiertamente su oposición a los “Hijos de la estirpe de Abraham”.

La campaña Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) también ha ganado un inquietante nivel de popularidad en Estados Unidos, desde los campus universitarios hasta el Capitolio. Los defensores afirman que responsabilizan a Israel por presuntas violaciones de los derechos humanos. Sin embargo, en realidad, sabemos que el movimiento BDS es simplemente una tapadera para un odio profundamente arraigado y de siglos de antigüedad hacia Israel y su derecho a existir en primer lugar. Muchos políticos estadounidenses han apoyado públicamente el movimiento BDS, o al menos tienen demasiado miedo para criticarlo. Afortunadamente, algunos han sido lo suficientemente valientes como para confrontar a los miembros de su propio partido sobre esta peligrosa ideología.

No somos la única nación en la civilización occidental que tiene políticos que toman malas decisiones con respecto a Israel y sus descendientes. Hemos observado en los últimos años cómo ha habido un aumento dramático en el antisemitismo en Gran Bretaña, incluso dentro del Partido Laborista, que ha sido el hogar tradicional de los votantes judíos, y todo esto en un continente al que debería importarle cierta cautela adicional dada su historia con antisemitismo.

Todos sabemos adónde puede conducir la intolerancia si no se controla, y que la opresión y la oposición a los judíos no es nada nuevo.

Dicho esto, ya sea que nuestros políticos, profesores y expertos dejen en paz a Israel o no, tengo la sensación de que Israel va a estar bien.

Después de llegar originalmente a su patria prometida, el pueblo de la joven nación fue atacada continuamente por tribus hostiles y otras naciones. En el 722 a. C., los asirios conquistaron el norte de Israel y deportaron a su pueblo. En 586 aC, Babilonia conquistó el sur de Israel y exilió a sus ciudadanos. Los judíos regresaron a su tierra natal 70 años después, pero los romanos finalmente los aplastaron en el año 70 dC, dejándolos sin patria durante 1878 años.

Incluso en los países de su exilio, los judíos fueron oprimidos, privados de derechos, aislados en guetos y perseguidos. En 1933, había nueve millones de judíos viviendo en toda Europa, pero en 1945, dos de cada tres judíos europeos habían sido gaseados, golpeados, muertos de hambre o de enfermedades en los campos de concentración nazis. El Holocausto llevó a la eliminación de un tercio de la población judía del mundo.

Desde 1948 y el establecimiento del estado moderno de Israel, a pesar de estar cercado por todos lados por naciones hostiles y contra todo pronóstico o lógica humana, Israel ha sobrevivido a la guerra total y a las constantes amenazas del terrorismo interno. La nación se ha visto obligada a mantener un continuo estado de guerra a lo largo de sus sesenta y ocho años de existencia. Sin embargo, cada vez más, la prensa internacional retrata a Israel como una nación agresora, una fuerza de ocupación, un régimen brutal que aflige a los palestinos pobres y privados de sus derechos a quienes les han robado sus tierras.

De hecho, muchos palestinos realmente quieren una solución pacífica al conflicto actual. Pero un nacionalismo palestino sigue prosperando con su singular fijación: la muerte de Israel. Los líderes palestinos pagan estipendios a los terroristas que matan israelíes y sus familias, financiados en parte por el régimen de Irán que odia a Israel.

La historia de los judíos no ha terminado
El Israel moderno ha estado rodeado principalmente de enemigos que no reconocen su derecho a existir y juran abiertamente aniquilarlo. Estas naciones ocupan una masa de tierra de más de 5,000,000 de millas cuadradas. El pequeño Israel ocupa una masa de tierra de casi 9,000 millas cuadradas. En algunas partes de Israel, llevar a la familia a un refugio antiaéreo es una experiencia casi rutinaria. Pero cuando los israelíes toman las medidas duras pero necesarias para defenderse, son criticados por la censura mundial por organizaciones como las Naciones Unidas.

El problema parece ser que muchos en Occidente no admiten que Israel está luchando por su propia supervivencia.

Sin embargo, la historia de los judíos aún no ha terminado.

A pesar de las probabilidades abrumadoras y los desafíos aparentemente insuperables, han mantenido su posición como la única democracia verdadera en Medio Oriente y el epicentro del progreso en su región del mundo.

Como señaló el profesor Amnon Rubinstein, “[Israel] ha pasado de ser un país rural pobre a una potencia industrial y posindustrial. . . . Ha reducido las brechas sociales, educativas y de salud. . . entre árabes y judíos. Algunos de sus logros no tienen precedentes: los árabes israelíes tienen una esperanza de vida más alta que los blancos europeos”.

Mi esperanza es que los líderes mundiales de hoy cambien su tono y extiendan la misma buena voluntad que George Washington buscó para el pueblo judío hace siglos.

El Dr. David Jeremiah se encuentra entre los líderes cristianos más conocidos del mundo. Se desempeña como pastor principal de Shadow Mountain Community Church en El Cajon, California y es el fundador y anfitrión de Turning Point. El programa de radio de 30 minutos de Turning Point se escucha en más de 2200 estaciones de radio diariamente. Autor superventas del New York Times y ganador del Medallón de Oro, ha escrito más de 50 libros.

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