Enlace Judío – El día de ayer y durante estas horas los medios no cesan de transmitir a todos los sectores del país un claro mensaje adverso a las políticas e intenciones de Netanyahu y de sus pasivos y obedientes ministros.
Mensajes fortalecidos por multitudinarias demostraciones y protestas en todas las ciudades del país, actos que conocen una y otra vez la admirable paciencia de las fuerzas policiales.
Amplias capas del público bien entienden hoy que está en riesgo un sistema democrático que acertó a superar múltiples conflictos bélicos y políticos. Y de manera particular peligra la autonomía de la Suprema Corte de Justicia que hasta aquí ha gozado de amplia y atinada independencia en su conducta y dictámenes.
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La torcida alocución de Netanyahu transmitida ayer, horas antes de su vuelo a Londres, no acertó a disolver las protestas que seguramente continuarán este fin de semana con renovado vigor.
Y en estas circunstancias toma fuerte impulso la pregunta: ¿hasta cuándo ministros y parlamentarios- hoy formalmente leales a Bibi- continuarán revelando un irresponsable silencio? ¿No temen o anticipan que estas torcidas actitudes pueden estimular agresiones desde desiguales puntos y fronteras del país?
Sin embargo, la pareja Netanyahu resolvió volar a Londres sin atender estas protestas con el fin de platicar brevemente con el líder británico y gozar- razón para ellos decisiva- un cómodo fin de semana en un lujoso hotel que con la ocupación de 60 cuartos para su comitiva implicará un costo superior a un millón de dólares.
¿Y qué ocurrirá después? ¿Aceptará pasivamente la ciudadanía israelí estas torcidas inclinaciones de un político indiferente a la unidad nacional?
¿Y cómo reaccionarán las diásporas cuando estas torcidas tendencias gravitarán en ellas?
Interrogantes que hoy perturban el sueño de no pocos en este nuestro país.
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