El gobierno británico ha amenazado con detener sus ventas de armas a Israel a menos que Jerusalén permita que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) visite a terroristas palestinos que fueron capturados en Gaza, informaron el jueves medios en hebreo.
Gran Bretaña exige que Israel permita a la Cruz Roja visitar a los terroristas capturados en Gaza, aunque no se hizo tal exigencia a Hamás para que permitiera a la organización visitar a los 134 rehenes que todavía mantiene cautivos desde el 7 de octubre.
El secretario de Asuntos Exteriores, David Cameron, dijo que Israel debe respetar el derecho internacional y dejar que el CICR vea las condiciones de los detenidos, como los combatientes de la fuerza Nukhba que lideraron la masacre de 1.200 personas en las comunidades aledañas a Gaza el 7 de octubre de 2023, lo que desató la actual guerra en el enclave costero, según World Israel News.
Las consecuencias de tal prohibición parecen limitadas, ya que las ventas de defensa del Reino Unido a Israel en 2022 ascendieron sólo a unos 53 millones de dólares.
Sin embargo, Cameron habría añadido que el Reino Unido apoyaría un embargo de armas en toda la UE contra el Estado judío si Israel rechazaba su demanda.
Israel anunció un estado de emergencia después del 7 de octubre y suspendió las visitas familiares y los derechos telefónicos para todos los prisioneros de seguridad. El gobierno también declaró que prohibiría las visitas del CICR a los prisioneros hasta que Hamás obedezca el mismo derecho internacional y permita a la Cruz Roja visitar a los 253 rehenes que la organización terrorista había secuestrado durante su invasión.
Todavía hay casi 100 rehenes que se cree que están vivos en la Franja de Gaza después de un intercambio a finales de noviembre de la mayoría de las mujeres y menores secuestrados a cambio de un alto el fuego temporal y más de 240 prisioneros palestinos retenidos en Israel.
Se cree que otros 36 secuestrados están muertos, y Hamás se aferra a sus cuerpos para utilizarlos como moneda de cambio adicional.
Parte del acuerdo de noviembre era que se permitiría a la Cruz Roja visitar a quienes permanecieran en manos de Hamás.
Hamás incumplió esa parte del acuerdo, pero desde entonces ni la organización ni el resto del mundo han ejercido presión alguna sobre los terroristas como resultado de ello.
Por los informes sobre los rehenes liberados se sabe que los cautivos sufren hambre, falta de atención médica y abusos físicos y sexuales.
El mes pasado, el Ministro de Estado del Reino Unido, Andrew Mitchell, dijo a la Cámara de los Comunes que una amplia incursión israelí en Rafah, el último bastión de Hamás, sería cruzar una “línea roja” que resultaría en un embargo de armas debido a las “consecuencias devastadoras” para la vida de civiles en tal batalla.
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