La otra crisis

FEDERICO REYES HEROLES/REFORMA.COM
“La moral es de suma importancia. Pero para nosotros no para Dios”.

Albert Einstein

Para L. Giménez Cacho

9 de agosto 2011- El verdugo fue John Chambers. Desde su escritorio en Standard and Poor’s redujo la calificación. Por primera ocasión en la historia la deuda de Estados Unidos dejó el máximo sitial. El hecho sacudió al mundo. Algo anda muy mal y es imposible fingir.

Podríamos estar en el umbral de otra gran crisis. Pero aun sin crisis el reajuste global es inevitable.

Complejo y sencillo, ambos calificativos a la vez. Nunca será rico quien gasta más de lo que ingresa, ni los individuos, ni las familias, ni las naciones. Prever las cambiantes necesidades de los individuos, de las familias o de los países es la única fórmula para mantener saludable una economía. Pero la paradoja es dolorosa: en pleno siglo XXI, una buena parte de las economías desarrolladas, de los países ricos y con buena educación, de los que gozan de altos niveles de institucionalización, está en crisis.

Los motivos son los mismos: están gastando más de lo que ingresan y no fueron capaces de prever sus necesidades. Sus poblaciones se avejentan, demandan más gasto en salud, más en pensiones. Se requieren más ingresos. Pero no hubo previsión, sus economías están muy enfermas.

Comencemos por el gigante, Estados Unidos: déficit de 9.3%; deuda equivalente al 100% de su PIB. Algunos economistas aseveran que más del 50% es ya foco ámbar. Japón, hasta hace meses la segunda economía mundial, tiene una deuda equivalente al 229% del PIB. Pero no sólo el dólar da tragos amargos. Detrás de la fachada de seriedad del euro estaba el desastre. Grecia mintió, hoy sabemos que arrastra una deuda del 142%. Su rescate medido en euros por habitante es una pesadilla. Irlanda se dio el lujo de llegar a un déficit del 32% y su deuda roza el 100%. Portugal 8.6% de déficit y 93% de deuda, superada por la belga del 97%. La propia Francia ronda el 82%. La deuda española se sitúa en 60%, pero ya fue superada por Italia con 120. No estamos ante un caso aislado de mentira e irresponsabilidad. Estamos ante un bochornoso desfile de dirigentes de países ricos que han gobernado con la misma desfachatez de las míticas repúblicas bananeras.

El problema para los países de la Unión Europea es que no puede haber purga individual. Bien conocemos los mexicanos el tratamiento: devaluación, reducción drástica del gasto y aumento de tasas impositivas y tarifas. Los que comparten el euro sólo pueden actuar sobre el gasto y los impuestos, que es mucho. Pero en lo monetario están amarrados. El costo para el Banco Central Europeo del múltiple rescate será una pesada factura que tendrán que ir digiriendo los europeos durante muchos años. Y qué decir de enorme deuda en dólares distribuidos por todo el mundo. China y Japón tienen casi la mitad. Por primera ocasión en más de medio siglo la duda sobre la solidez de la moneda verde se extiende por el orbe. Beijing, segunda economía mundial, reaccionó con firmeza. Se necesita una nueva divisa de reserva global estable para así, “prevenir una catástrofe causada por un único país”. Fue más lejos, urgió a regresar al “sentido común” y curar la “adicción por la deuda” de Estados Unidos y enfrentar los “hinchados costos de la protección social” y por supuesto de su “gigante gasto militar”. No hay sorpresas, la crisis fue pronóstico.

Los números no dejan duda: han sido unos irresponsables, a la cabeza Bush hijo que recibió superávit y -como en un acto de magia- lo transformó en déficit de dos dígitos. Pero hay dos ingredientes adicionales. El primero es el papel de la nueva derecha mundial -Tea Party en Estados Unidos- que ha ido desplazando las coordenadas de debate. Así a un Obama amilanado, la posibilidad de incrementar impuestos le fue vetada. La nueva derecha ha logrado que un asunto técnico se convierta en un acto de fe. No es el único caso.

Si los gastos médicos y en pensiones crecen como resultado de una buena noticia -el incremento en la esperanza de vida- los gobiernos sólo pueden o incrementar la edad de retiro (España y México también) o gravar. Por eso el acuerdo en Estados Unidos no satisfizo a nadie, por eso los mercados anuncian que habrá más sacudidas. Pero hay otro asunto.
El ex presidente Chirac será llevado al banquillo como responsable de actos de corrupción durante su gestión como alcalde de París. Un muy acreditado jurista y miembro de la Corte Suprema argentina, Eugenio Zaffaroni, es señalado como potencial cómplice de trata. El gabinete de la señora Rousseff se desgrana por los escándalos de corrupción. Sarkozy conoce la experiencia, tuvo que remover a su ministro de Cultura, Frédéric Mitterrand, por pederastia y al de Trabajo por espionaje. Qué decir de Murdoch, del inefable Strauss-Kahn, ahora de Lagarde o de Madoff o Kenneth Lay. O de la London School recibiendo dinero de Gadafi. La crisis de liderazgo mundial es pavorosa. Es ingenuo pretender responsabilidad de una fauna así. Más allá de los números, la verdadera crisis es moral.

 

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