El chiste político Parte II

*SAMUEL SCHMIDT

Si la política frustra a los individuos el chiste adquiere un valor universal. La pregunta es como encontrar valores y preocupaciones comunes entre culturas distintas, cuando esto sucede, el mismo chiste se aplica en varios países con correcciones menores: encontramos un chiste a un banquero republicano en Estados Unidos a principios del siglo XX, al presidente Echeverría en los 70s y a un general egipcio en la guerra de los seis días (1967):

Un egipcio necesitaba un trasplante de cerebro y llego a la tienda para ver que había disponible. Le enseñaron el cerebro de un matemático que murió a los cincuenta y nueve. Por su edad avanzada se lo dejaban en $500 dólares. El egipcio pensó que la edad podía ser desventajosa, así que preguntó por otro cerebro. Le enseñaron el de un campesino que murió a los veinticinco. El egipcio movió la cabeza, era inapropiado para su clase social tener el cerebro de un campesino. Cuando vio un cerebro en una vitrina muy bien iluminada preguntó “¿Que es esto?” . “Bueno, este es nuestro mejor producto. Es el cerebro de un general egipcio que murió peleando contra los israelíes. Cuesta $100,000 dólares.” “¿Porque tan caro?” preguntó el cliente. “Bueno, porque esta como nuevo” (Lukes y Galnoor 1985: 167).

La esencia del chiste sobrevivió más de sesenta años desde su versión original estadounidense, aunque los chistes mexicano y egipcio son más cercanos, el egipcio es de 1967 y el mexicano de entre 1971-1975. En Estados Unidos el órgano más caro es el corazón (sin uso) de un banquero republicano mientras que en México y Egipto es el cerebro (sin usar) de un líder. No hay relación cultural entre las tres sociedades para explicar este tipo de transferencia. Si acaso la proximidad de México a Estados Unidos explica la conexión, pero esto no explica la larga vida del tema que utilizan estos chistes, a menos que aceptemos la frustración de las tres sociedades respecto a sus líderes. En Estados es la dureza del banquero y en México y Egipto la inteligencia –o falta de- del político y el general. En los tres casos la sociedad reacciona con fuerza contra los que tienen el poder y lo que se considera un fracaso en su conducción. Uno falla en la promoción de los intereses económicos y el bienestar de la gente, en el otro el militar falla en conducir la guerra y el tercero falla en conducir a la nación.

6) El chiste sirve para criticar sutilmente, con pocas posibilidades de que se reciba una respuesta fuerte, en virtud que el chiste no da lugar a polemizar ni debatir.[2] Cuando el chiste crítica es categórico, rotundo y determinante, porque en oposición al debate político, no abre la posibilidad de una discusión, ni intenta convencer.

Aun cuando el chiste debe ser sintético ahorrando esfuerzo, el chiste político es explícito, como para no dar lugar a dudas de que es lo que esta atacando. Por ejemplo en el siguiente chiste sobre Luis Echeverría no queda la menor duda que se ataca su inteligencia:

Se encontraba Echeverría buscando un traje de buzo en el camarote de un marinero. Entra el marinero y sorprendido le pregunta: “¿Que hace usted aquí Sr. Presidente?” “Estoy buscando un traje de buzo.” “¿Porque?” “Porque el capitán me dijo que en el fondo no soy tan pendejo.”

El siguiente chiste viene de la época cuando Polonia era comunista y se refiere a la falta de libertad como resultado de la dominación soviética:

Se le aparece un genio a un obrero polaco y le otorga tres deseos.

El polaco escoge las tres veces que China invada a Polonia.
El genio le pregunta porque escogió el mismo deseo tres veces.
El polaco responde: “¿Te imaginas como van a quedar los rusos después de que los chinos crucen seis veces por ahí?
7) El chiste parece establecer un contrasentido para lograr lo gracioso. En el caso de un político se supone que éste debe ser inteligente, moral, honesto[3]. Cuando el chiste le atribuye las características contrarias, el personaje se vuelve gracioso y provoca risa:

Bush pregunta porque los judíos saben todo. “Si Sadam Hussein planea invadir Kuwait ellos saben, si Assad planea invadir Líbano ellos saben, si la OLP planea atacar ellos saben. ¿Como le hacen?” “Bueno Sr. Presidente, ellos van a la sinagoga, hablan en Idish entre ellos y se preguntan: “¿Que hay de nuevo?” y así consiguen la información.” Bush responde: “Quiero aprender Idish.” Le enseñan Idish, lo visten como un judío ortodoxo, con todo y barba y el sábado lo mandan a la sinagoga. Se sienta y le pregunta en Idish a su vecino de silla: “¿Que hay de nuevo?” El otro le responde: “Shhh cayate, Bush viene hoy.”[4]
8) El chiste tiene fuerza porque establece una relación lógica, o construye un silogismo, que conlleva una gran fuerza para destruir la imagen de un político; la consistencia lógica lo hace chistoso aunque no coincida con la realidad. Es claro que a Bush no le iban a dar un curso acelerado de Idish para ser creíble en la sinagoga y los judíos ortodoxos normalmente se conocen entre si o saben si va a llegar alguien de afuera, lo lógico es que creyéndole le revelan que en realidad saben todo y que el presidente de Estados Unidos que controla instituciones de inteligencia muy poderosas tiene que confiar en ir a una sinagoga para saber que va a suceder. Es casi como si se planteara un silogismo con el chiste para victimar al político. Véase el siguiente ejemplo.
Estaba Echeverría escarbando en la base de un árbol y sus ayudantes le preguntan sobre lo que hace, y este responde: “Estoy buscando la raíz cuadrada.”
Según el silogismo establecido en el chiste, para Echeverría el árbol tiene raíz, existe una raíz cuadrada, por ende la raíz cuadrada debe estar en el árbol. Que el silogismo este basado en una calificación de ignorancia a alguien que no debe serlo, es la incongruencia o contrasentido que le da fuerza al silogismo y lo hace chistoso.
9) El chiste tiene una fuerza liberadora, porque con el, el individuo momentáneamente abandona sus responsabilidades sociales, para recobrar la libertad individual al abandonar su identificación, libertad y compromiso con los valores políticos y símbolos usados por los políticos para gobernar.

El ciudadano no ataca a la patria aunque agrede a los símbolos nacionales. Con el chiste político se enfrenta con el poder para despojar a los políticos, porque el poder es manejado por los iniciados (los políticos) de tal manera que el común de los ciudadanos no pueda interpretarlo, porque de poderse interpretar el poder, los accesos al mismo se abrirían demasiado, perdiendo los dominadores, la capacidad de establecer un proyecto por encima de la sociedad para conducirla[5].

La secrecía en la política ayuda al Estado a mantener su autonomía de la sociedad. El chiste busca reducir la autonomía y limitar el poder de los políticos y lo logra aunque sea efímeramente.

10) El poder se maneja desde un mundo subterráneo oculto a los ojos de los ciudadanos, aunque sus efectos se hacen sentir cotidianamente. El siguiente chiste es ilustrativo de como la sociedad percibe esta distorsión:

Le llega un telegrama a un Presidente Municipal en la Sierra de Guerrero que dice:

MOVIMIENTO TELURICO TREPIDATORIO LOCALIZADO EN SU ZONA. ENVIE INFORMES.
Pasan dos, tres, cuatro semanas y hasta la sexta llega un telegrama de respuesta.
MOVIMIENTO SOFOCADO. TELURICO MUERTO. TREPIDATORIO Y QUINCE CABRONES MAS SE DIERON A LA FUGA PERO LOS SEGUIMOS DE CERCA. MIENTRAS TANTO NO ENVIAMOS INFORMES PORQUE HUBO UN TEMBLOR DE LA CHINGADA.[6]

Este chiste demuestra la actitud gubernamental respecto a la disidencia y puede reflejar el miedo de la sociedad. He encontrado evidencias de un telegrama enviado por el dictador Porfirio Díaz al gobernador de Veracruz, apodado la pantera, en el cual frente a una sublevación de un teniente oficial de una nave de vapor ordena “capturar el navío, fusilar a los oficiales, al diez por ciento de la tripulación y a los comprometidos en esa campaña, y después dar parte.” El gobernador manda detener a nueve personas y se les ejecuta, frente a la protesta nacional el funcionario dice que el solamente “cumplía ordenes superiores y que su conciencia estaba tranquila”, mas adelante el dictador lo protege nombrándolo senador por Hidalgo, la gubernatura de Oaxaca y logra que un jurado resuelva declararse incompetente para juzgarlo.

Según Barajas “la voz popular interpreta bien el sentido de las instrucciones y las resume en una frase contundente: ‘!Mátalos en caliente!’” (Barajas 2007:172-183). Es muy posible que el chiste haya evolucionado desde los eventos que se sucedieron en 1879 y que hayan tomado un tema más actual.

*”En la mira”: Editorial Tauro, 2006

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