Tokio, que fue sede de los Juegos de Verano de 1964, fue visto como el camino más seguro para el Comité Olímpico Internacional, por su experiencia de la organización de grandes eventos y su sentido de la seguridad económica en un momento de incertidumbre política y económica en todo el mundo.
Japón ya ha recibido dos veces los Juegos de Invierno, la última vez en Nagano en 1998, y fue co-anfitrión, con Corea del Sur, de la Copa Mundial 2002.