Ayudar a los que una vez nos ayudaron: JFR ayuda a Justos entre las Naciones

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO

Enlace Judío México | Miles de personas no judías de toda Europa y Europa del Este salvaron vidas judías de los horrores del Holocausto, poniendo sus propias vidas y las vidas de sus familias en riesgo. Más de 25,000 no judíos, incluyendo cristianos y musulmanes, son reconocidos por Yad Vashem (El museo del Holocausto de Israel) como “Justos entre las Naciones”.

Hoy en día muchos de estos salvadores están envejeciendo y viven en la pobreza. La Fundación Judía para los Justos (JFR), fundada por el rabino estadounidense, Harold Schulweis en 1986, es una organización sin fines de lucro que busca pagar la deuda de gratitud, con el apoyo financiero a los salvadores no judíos que están necesitados.

La JFR proporciona continua asistencia financiera mensual a 654 justos, en 22 países para pagar comida, vivienda y gastos médicos. Estos, a menudo se niegan a pedir ayuda después de haber actuado sin esperar recompensa, ni entonces, ni ahora.

Uno de esos beneficiarios es Czeslaw Polziec, cuya familia escondió a una familia judía durante dos años en su granja en Zawadka, Polonia. En días pasados la JFR reunió a Czeslaw Polziec con un miembro de la familia judía rescatada por su familia, el Dr. Leon Gersten de Cedarhurst, Nueva York.

Leon Gersten creció en el shtetl judío (villas en donde solían vivir los judíos en épocas anteriores al Holocausto) de Frysztak, Polonia. Su madre, Frieda Tepper Gersten era una vendedora ambulante que viajaba por el sur de Polonia para apoyar a su familia. Sus padres, Itzjak y Necha Tepper criaron a León.

Gersten recuerda que en Rosh Hashaná (año nuevo judío), en el año de 1939, todos los judíos de su comunidad, estaban orando en la sinagoga del shtetl, cuando los alemanes rodearon el edificio y empezaron a disparar. “Todos nos acostamos en el suelo y empezamos a orar el ‘Shema Israel’. Después de matar a unos cuantos judíos, nos dejaron salir (…) era nuestra primera invasión de los alemanes”, recuerda Gersten.

En julio de 1942, los alemanes ordenaron a todos los judíos de Frysztak, reunirse en el mercado de animales. Alrededor de 1,600 judíos fueron detenidos -en su mayoría ancianos y niños- y llevados fuera de la ciudad, donde fueron asesinados y enterrados en una fosa común. Los abuelos de León, Itzjak y Necha, fueron algunos de los asesinados.

Después de la matanza, la madre de Leon, Frieda, salió al campo vestida como una mujer católica polaca para tratar de encontrar a alguien que refugiara a su familia. Recurrió a las familias polacas que le habían comprado bienes, y aunque un número de hogares la rechazó, una pareja, María y Stanislaw Polziec aceptó dar cobijo a su familia. María, una costurera, y Stanislaw, agricultor, tuvieron cinco hijos y apenas suficiente comida para su propia familia, pero estaban dispuestos a albergar a los cinco judíos desesperadas.

Por más de dos años, Leon Gersten, su madre Frieda, su hermana y yerno Celia y Herman Wiesenfeld junto con su hijo Moshe, se mantuvieron ocultos de los ocupantes nazis en el ático de los Polziecs.

Los Polziecs, también construyeron un búnker subterráneo de tierra, mismo que cubrían con un depósito de almacenamiento de granos, en caso de una redada.

Una noche, recuerda León, los soldados alemanes atacaron la granja. “Estábamos muy organizados y corrimos hacia el bunker, pero los soldados alemanes nos escucharon. Sospechaban que los Polziecs ocultaban judíos y procedieron a golpear a Stanislaw, quien intentó decirles que eran sus niños quienes dormían en la buhardilla, pues tenían miedo”.

“Podíamos oír los gritos de Stanislaw y de la familia Polziec, pero ninguno de ellos dijo una palabra sobre nosotros”, recuerda Gersten.

“Hubo un objetivo, y ese era mantener a Frieda y su familia a salvo hasta que llegara el ejército soviético”, dijo Czeslaw, hijo mayor de la familia y responsable de traer comida y custodiar a los Gersten.

Frieda, León, Herman, Celia y Moshe se quedaron con las Polziecs hasta que el ejército soviético liberó la zona en julio de 1944.

Hoy en día, Czeslaw es el único miembro que queda de la familia Polziec. María y Stanislaw Polziec, Frieda Tepper, Celia, Herman y Moshe Wiesenfeld murieron hace años.

Leon Gersten y Czeslaw no se habían visto desde 1944. El pasado reencuentro, organizado por la JFR en Janucá, entre los dos hombres, mismo que constó de una cena especial en honor a Czeslaw y su familia, fue muy emotivo.

“Hemos salvado a cinco personas polacas de la religión hebrea, eso es todo”, dijo Czeslaw Polziec en un video documental de la JRF. “No somos héroes; fue sólo una cuestión de decencia humana”. Por otro lado, Leon dijo: “Le debemos nuestras vidas a la familia Polziec (…) es como si ellos le hubieran dado a luz a nuestra familia. Para nosotros siempre serán héroes”.

Desde su fundación, la JFR ha dado más de $ 32 millones para rescatistas ancianos y necesitados, ayudando a pagar una deuda de gratitud en nombre del pueblo judío a estos nobles hombres y mujeres, así como facilitar un programa de educación sobre el Holocausto.

El Vicepresidente de la JFR, Stanlee Stahl dijo: “Este Yom Ha Shoá (día en que se conmemora el Holocausto) es importante reconocer a los Justos entre las Naciones, que arriesgaron sus vidas para salvar judíos durante los días oscuros del Holocausto. Es una lección apropiada para todos nosotros, el hecho de que la gente común pueda levantarse contra el genocidio y la tiranía y hacer lo correcto. De cara al futuro, se convierte en nuestra responsabilidad, honrar su legado, mediante la enseñanza a los jóvenes del poder de la responsabilidad moral y la elección personal”.

#YOMHASHOA2014

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