El 11 se septiembre de 1891, surgió la Jewish Colonization Association

Si bien la asociación está ya extinta, su recuerdo persiste en la mente de todos los judíos gracias al gran accionar que tuvo con la comunidad durante sus 147 años de vida. Es que adquirió importantes extensiones de tierras y estableció oficinas en los países americanos de Argentina, Brasil, Estados Unidos, y Canadá, así como también en Israel, Chipre y Turquía. Todo ello con el doble objetivo de ayudar a los judíos más humildes de Rusia y otros países del este europeo mediante la inserción laboral agrícola y a la vez promover la emigración hacia países.

Un caso emblemático del accionar de JCA fue que en el año de su creación, 817 judíos arribaron a Argentina desde Ucrania, Polonia, Lituania y Besarabia en el vapor Pampa que había sido alquilado por Hirsch. Y hacia fines de 1891, el número de colonos ascendió a 2.850. En tanto que en 1930 ya eran más de 20 mil inmigrantes los que cultivaban cerca de 500 mil hectáreas de tierra, que la JCA había vendido de acuerdo a sus posibilidades económicas. Todo ello dio origen a las colonias judías en las ciudades bonaerenses de Carlos Casares y Mauricio Hirsch y Colonia Clara, en la provincia de Entre Ríos. Estas últimas nombradas así en homenaje al barón y su esposa Clara.

En tanto que en Brasil, la JCA adquirió en 1904 tierras en el Río Grande do Sul, y cinco años después estableció una colonia en Quatro Irmãos, de 93 mil hectáreas. Si bien ambas fueron desintegrándose lentamente antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, la de Quatro Irmãos fue restablecida y se mantuvo hasta 1965 con judíos que emigraron por la Segunda Guerra.

En 1891, el precursor del JCA estableció el Fondo Barón de Hirsch con el objetivo de ayudar a los judíos que emigraban a Estados Unidos y para promover allí el establecimiento de centros rurales. Y se logró mucho más que ellos: el Fondo fundó la escuela agrícola de Woodbine en New Jersey, que se convirtió en el órgano principal utilizado por la JCA en los EE.UU y en 1900, las dos organizaciones establecieron la Sociedad Judía Agrícola y Asistencia Industrial que adquirió tierras en Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania y Connecticut. Hacia 1930, la Sociedad Judía había otorgado más de diez mil créditos. A pesar de todos estos avances, la labor de la JCA en Estados Unidos vio su fin con el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Canadá fue otro de los países americanos en los JCA desplegó sus proyectos con gran importancia. La primera colonia se estableció en 1892 en la provincia de Saskatchewan, con familias judías que se habían radicado en la década anterior. Desde 1909, los colones fueron agrupados por una comisión local, que un año más tarde sumaban cinco establecimientos con casi 800 parcelas. En la década del ’30, la JBA había logrado establecer 40 granjas para nuevos inmigrantes, y luego de la Segunda Guerra Mundial estableció campamentos de personas desplazadas en la península del Niagara y a sur de Ontario. Mientras que en 1960 casi 120 familias cultivaban bajo los auspicios de la JCA.

En Israel, la JCA ayudó financieramente a partir de 1896 a los colonos independientes de en Gedera, ?aderah, Nes ?iyyonah y Mishmar ha-Yarden; y tres años después el Barón Edmond de Rothschild transfirió el control y cuidado de las colonias que había creado, en las que la JCA introdujo nuevas formas de cultivo y otras reformas. También se compraron tierras en la Baja Galilea, con el fin de fundar nuevos asentamientos, Jabneel (Yemma), Bet Gan, Mesa (Kefar Tavor), Sejerah (Ilaniyyah).

Con el fin del primer conflicto bélico mundial, la JCA estableció la Asociación de Colonización Judía de Palestina (PICA, por sus siglas en inglés) que se hizo cargo de la labor que era responsabilidad de la JCA y volvió a realizar tareas en Israel en 1933 con ayuda del nuevo Fondo de Emergencia constituido en 1929 para solventar la reconstrucción de las colonias tras las revueltas árabes. Esta nueva asociación estableció dos moshavim: Beer Tuvia y Kfar Warburg, y continuó con la labor del gran proyecto para el drenaje de los pantanos palúdicos Huleh, que, después del establecimiento del Estado de Israel paso a manos del Keren Kayemet LeIsrael –KKL.

A partir de 1955, la JCA colaboró con el establecimiento de nuevas poblaciones y con la Agencia Judía, a la vez que otorgó amplias subvenciones para instituciones educativas en Israel, entre ellos Mikve Israel, ORT, y la facultad de agronomía de la Universidad Hebrea de Jerusalem.

Además, la JCA creó escuelas agrícolas en los países del este europeo, al punto de que hacia 1914 llegó a constituir 40 colegios en Rusia. Asimismo, los funcionarios de la asociación contribuyeron a mejorar los métodos de cultivo locales, a introducir nuevas plantaciones, y a establecer cooperativas, lo que logró que la producción aumentara considerablemente. Y como si esto fuera poco, también se creó una red de bancos cooperativos de crédito y de ahorro en Rusia para los agricultores y artesanos. Mientras que en Polonia fundó ocho cooperativas agrícolas y en Rumania subsidió a más de 40 escuelas agrícolas.