Estimados Amigos:
Terminó el 2014 y creo que pocos estarán tristes de que ya pasó, pues fue un año de muchas banderas rojas y crisis inesperadas.
Ucrania, ISIS, Ébola, Hong Kong, la caída del precio del petróleo, México (con el retorno de la violencia y el poco crecimiento) fueron presiones exógenas que afectaron el curso normal de las actividades esperadas y marcaron derroteros que al inicio del año pocos podían pronosticar.
A pesar de reflejar mejores números económicos como empleo y crecimiento del PIB, las tasas de interés en EUA siguieron su marcha hacia abajo, cerrando el bono de 10 años en 2.15%. Volví a ver los pronósticos de los 50 economistas más prominentes del país publicado por Barrons en Enero del 2014 y el rango de las predicciones para este bono eran entre 2.67% a 3.91% con una media de 3.21%. ¿Cómo es posible que tantos expertos se equivocaran tanto?
La explicación se puede encontrar en 3 diferentes lugares:
1.-La continua crisis en Europa donde la recesión acecha de nuevo y donde las tasas de interés se han desplomado (el bono alemán paga 1.7% menos que el de EUA, un diferencial histórico).
2.-La inflación en EUA que sigue alrededor del 1% anual, muy por debajo del mínimo pretendido por el FED de 2% que es la cifra necesaria para promover la inversión y el consumo.
3.-El retorno del temor en los inversionistas que buscan más la preservación de su capital que la obtención de grandes retornos y que los lleva a comprar bonos de Tesorería y vender todo lo que huele a riesgo, como son bonos de alto rendimiento (junk) o bonos de países emergentes, aunque estos sean de emisores muy seguros y confiables.
El dólar ha tenido un aumento impresionante, nuevamente por su calidad de moneda de refugio ante un riesgo percibido si bien no necesariamente real y el petróleo está en el nivel más bajo de los últimos 5 años y no tiene nada que le permita regresar a corto plazo ante la negativa de la OPEP, un cartel débil y ya sin fuerza para fijar precios, que decidió no recortar producción a pesar de que el consumo ya está casi dos millones de barriles diarios por debajo de la producción.
La situación en México sigue un tanto incierta, ya que los problemas de los últimos meses siguen en la mente de los ciudadanos (Ayotzinapa, la casa blanca, Malinalco, las fosas comunes, la falta de actividad económica, el tren rápido) y nada parece terminar con soluciones que calmen a la gente. El cierre de carreteras, el quemar edificios públicos, etc. no ayudan a mejorar el ánimo de la gente que ya siente que habiendo transcurrido 2 años de la presente administración ya deberían de marcarse derroteros de la dirección en la que se llevara al país.
Las estadísticas económicas de México parecen marcar una ligera mejoría, ayudadas por la caída del peso que es positiva para el sector exportador y sobre todo para el turismo, el cual mejora en precio pero sufre si persiste la impresión de inseguridad.
Las bolsas de valores globales tuvieron un año estable, con resultados ligeramente positivos aunque sorprendentemente 85% de los manejadores profesionales de acciones no pudieron superar los resultados de los índices como el S&P 500 ó el IPC.
Para el 2015 podemos esperar un ligero aumento en las tasas de interés (a partir del 3er trimestre del año), un precio bajo del petróleo y otras materias primas, un peso que lentamente regrese a niveles de $14.00 y un mercado de valores que tendrá que pelear con un crecimiento anémico y tasas en bonos más altos lo que hará difícil un incremento de más de un 6-8%.
Les deseo a todos un muy feliz 2015, donde ojalá veamos estabilidad, tranquilidad y sobre todo salud y paz en compañía de sus familias y amigos.
Un abrazo.