Madres

RABINO DAVID WOLPE

La palabra que describe la cesta en la que Moisés es colocado al nacer es “Tevá”, la misma palabra que se usa para describir el arca de Noé. Muchos comentaristas resaltan  el paralelo entre el hombre que salvó el mundo y el hombre que salvó al Pueblo Judío.

Pero, ¿quién hizo la ‘Tevá’? En caso de Noé, la hizo bajo la dirección de D-os para salvarse a sí mismo. Pero en caso de Moisés,  fue hecha por su madre bajo su propia iniciativa. Ella fabricó una especie de arca, no para salvar a sí misma, sino para salvar a su hijo. Moisés es rescatado por la hija del Faraón. Tal vez, en esta historia, se trata menos de Moisés que de las madres.

Para muchos de nosotros, nuestra madre es la que nos coloca en la nave que nos permite flotar por el mundo. Ella da a la canasta un suave empujón, guiando su trayectoria. Como Yojeved hizo con Moisés, nuestra madre es quien tanto prevé el peligro como prepara el contenedor para albergar y llevar a su hijo a orillas seguras. Moisés sobrevivió y creció para instruir el mundo; pero su logro sólo fue posible porque, antes de que naciera, Yojeved se sentó en la clandestinidad, a la espera de su nacimiento – tejiendo una cesta.

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