Uri Dromi, quien desde hace tres años es Presidente del Jerusalem Press Club, estará en México a partir del lunes, buscando aliados para esta organización que convoca a la prensa extranjera para mostrar la realidad de Israel. Su reto, muchas veces, es competir con la narrativa de victimización palestina.
Uri es un apasionado de la democracia que considera indispensable para el Estado judío: “En una democracia. cada persona tiene un voto y la mayoría manda. Israel fue establecido como una democracia debido al Holocausto y a la conexión histórica de los judíos con la Tierra de Israel. Hay una mayoría de judíos; sin embargo tenemos un 20% de árabes, ciudadanos del Estado, a quienes no les gusta que sea una nación judía, pero que lo aceptan. El reto es otorgarles igualdad de derechos- pero también hacerlos sentir aceptados. Desgraciadamente, no hemos tenido mucho éxito en este rubro”.
“Rabin fue el primero que los tomó en serio e intentó mejorar su calidad de vida. Hoy, dar igualdad a los ciudadanos árabe- israelíes es el proyecto del Presidente Reuven Rivlin, un gran demócrata.
Los atentados con cuchillo son un gran problema porque tenemos árabes israelíes que son parte del pueblo palestino pero que viven en Israel- y cuyos hermanos nos atacan. Estoy orgullosos de cómo la democracia israelí sobrevive, a pesar de todos estos problemas y retos
La única solución es seguir hablando con los palestinos porque la paz es la única opción.
Tenemos un gran problema con nuestros contrincantes: la incitación. Debemos exigir que ésta se detenga, pero a la vez sentarse a hablar con los palestinos, porque cuando se habla, no se acuchilla”.
Debido a sus 17 años de haber servido en las Fuerzas Armadas de Israel, en específico en la Fuerza Aérea, Dromi puede ofrecer una mirada privilegiada sobre la polémica desatada por el soldado israelí que disparó contra el terrorista palestino neutralizado: “Primero, hay que esperar a que termine la investigación militar; luego recordar que nuestros soldados son jóvenes de 19-20 años que enviamos a situaciones terriblemente complejas”. Califica de “terrible” lo sucedido: “A veces es mejor reconocer un error y declarar que la mayoría de los soldados de las FDI no son como el que disparó”.
Dromi fue el vocero de Rabin durante el proceso de Oslo y el proceso de paz subsecuente con Jordania: “Trabajar con Rabin fue increíble, lo extraño mucho. Estuve con él, en la Casa Blanca, el 13 de septiembre, cuando le dio la mano a Arafat. Rabin estaba preocupado de que Arafat lo fuera a besar“.
(Entendemos la preocupación de Rabin al ver las imágenes del beso de Arafat con el Ayatolá Jomeini).
Acerca del fracaso de Oslo, Dromi reflexiona: “Creo que, principalmente, no funcionó porque Rabin fue asesinado. Arafat no solo respetaba a Rabin, sino que lo temía. Arafat tenia miedo de hacer sus manipulaciones y maniobras con Rabin.
Además, Hamas tomó ventaja de la situación y comenzó una nueva ola de violencia. En 1996, autobuses explotaban en las ciudades- e Israel comenzó a perder la confianza en el lado palestino. Esto hizo que los israelíes se movieran hacia la derecha. Que dijeran: ‘No queremos arriesgar nuestro futuro’.
Por un lado, si le preguntas a los israelíes, la mayoría cree en la solución de dos estados, pero por otro lado, no confían en los palestinos, ya que incitan a la violencia”.
“En Oslo conseguimos algo muy bueno, la paz con Jordania”.
El Presidente del Jerusalem Press Club recuerda sus experiencias en este rubro:
“Ir al palacio de gobierno del Rey Hussein de Jordania, el ver el respeto entre nuestro primer ministro de Israel y el Rey de Jordania, fue algo maravilloso.
Tuve que hacer los arreglos para la ceremonia para la paz con los jordanos, en el Negev. Imagínense: 3000 personas llegando al desierto- hace 21 años, cuando todavía no había Internet- y yo tenía que facilitar la transmisión en vivo por televisión. Fue un gran reto.
En Amman, hubo una cena y luego hubo una reunión entre Itzjak Rabin y el Rey Hussein. Rabin me pidió que los periodistas estuvieran listos una hora después de su entrada porque, al salir, ambos dignatarios ofrecerían una declaración a la prensa.
Pasaron muchas horas y no había señal de vida de ellos. Los periodistas se durmieron. A las 5:00 de la mañana, los dos jefes de Estado salieron y Rabin dijo: “Cuando el Rey y yo entramos a este cuarto, dijimos que no saldríamos de él hasta que hubiera paz entre Israel y Jordania”
Sabíamos que el problema principal eran unos kibutzim ( granjas colectivas) que estaban en territorio jordano. ¿Cómo lo habían resuelto?
Rabin contestó que le pidió a Jordania “rentar” a Israel los territorios por 99 años.
Allí aprendí que si realmente quieres paz, buscas maneras y utilizas tu creatividad”.
Uno de los momentos más emotivos de la gestión de Dromi fue el funeral de Rabin:
“Desde el momento que lo asesinaron, me volví loco. Muchos jefes de estado vinieron al funeral, así que me la pasé trabajando y no tuve tiempo de pensar. Tuve que organizar la transmisión televisiva y el acomodamiento de los líderes en el funeral. Cuando éste se llevó a cabo, vi que los hombres que se encontraban filmando el acontecimiento, los hombres detrás de las cámaras, estaban llorando mientras trabajaban.
Ahí, en ese momento, fue cuando me pegó, cuando me di cuenta que el cuerpo de mi jefe se encontraba en el ataúd. Me puse a llorar. Un hombre parado a mi lado me dio la mano en señal de apoyo. Cuando volteé a ver quién era, me sorprendí: era el jefe de los guardaespaldas del Rey Hussein de Jordania, quien había conocido y del cual me había hecho amigo en la firma de la paz en Amman.
Aún siento su mano sobre la mía”.