Las expectativas de victoria de Le Pen se desvanecen tras su derrota en el debate

Marine Le Pen of French National Front (FN) attends a prime-time televised debate for the candidates at French 2017 presidential election in La Plaine Saint-Denis, near Paris, France, April 4, 2017. REUTERS/Lionel Bonaventure/Pool

Enlace Judío México.- El 67% de los franceses creen que Macron ganó el duelo televisivo, y los últimos sondeos anuncian una ligera subida del candidato social reformista.

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Si los estudios de opinión se confirman, como ha ocurrido siempre en Francia desde que el presidente de la República es elegido por sufragio universal, en 1965, Marine Le Pen (extrema derecha) perderá el domingo la segunda vuelta de la elección presidencial, pero Emmanuel Macron se convertiría en jefe de Estado «por defecto», más que por un firme apoyo por rechazo de los otros candidatos.

Todos los sondeos realizados tras el gran debate televisivo confirman que la vulgaridad, mentiras, demagogia y errores de bulto de Marine Le Pen le hicieron perder el duelo. Al tiempo que fueron percibidos como una grave derrota personal por el padre de la candidata, por su sobrina y por millones de franceses. A las pocas horas de terminar el debate, Jean-Marie Le Pen sentenció: «Marine no ha estado a la altura». Catorce horas después, Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de Marine, estrella ascendente de la extrema derecha, dejó caer: «Si mi tía logra el 40% de los votos será un gran resultado».

A la pregunta de «¿quién estuvo más convincente?», el 67% de los lectores de «Le Figaro» que participaron en un sondeo de urgencia estiman que el vencedor fue Macron. Solo un 33%, optaron por Le Pen. Las encuestas de BMFTV y «París Match» dan resultados muy parecidos. Sobre la intención de voto, todos los sondeos dan una ligera subida de Macron y una ligera caída de Le Pen. Los estudios de opinión de «Les Echos» y «Paris Match» daban ayer el mismo pronóstico: Macron 61%, Le Pen 39%. A dos días del voto final, el candidato social reformista ha ganado un punto en intención de voto.

Recibida con huevos

Para mayor escarnio, Marine Le Pen fue recibida ayer en varios pueblos de la Bretaña, al oeste de Francia, con huevos podridos arrojados a su cabeza… A dos días de las urnas, la candidata de extrema derecha cometió el error catastrófico de hacer campaña en una región donde ya obtuvo muy malos resultados en la primera vuelta.

Más allá de ese error táctico, los huevos podridos dirigidos contra la testa de Le Pen recordaban de manera muy gráfica que la candidata del Frente Nacional (FN) atraviesa un mal momento ante la opinión pública. Según todos los estudios de opinión, del 59 al 61% de los franceses tienen mala o muy mala opinión de la candidata. La extrema derecha francesa lleva treinta años creciendo. Pero sus dirigentes, la dinastía Le Pen, tiene una pésima imagen pública. La terminología zafia y grosera de Marine Le Pen, sus chistes de baja estofa, sus gracietas de taberna, pasan mal también entre la opinión tradicionalmente conservadora.

Pero si los Le Pen no convencen en absoluto, Emmanuel Macron suscita muchas reservas. Según los últimos estudios de opinión, el 47% de los franceses dicen estimar poco o nada al candidato social reformista. Prueba palmaria: Macron fue recibido a gritos e incluso con algún lanzamiento de tomates durante su último viaje electoral, ayer, en Albi, la ciudad natal de Toulouse Lautrec.

El «declive nacional»

Alain Duhamel, académico, uno de los politólogos que mejor conocen la historia política de Francia, analiza de este modo el proceso en curso: «Esta elección no tiene precedentes. Es una elección de rechazo. Rechazo contra el sistema de los votantes de Le Pen. Rechazo contra los partidos tradicionales de buena parte de los electores de Macron. Ese doble rechazo es una ilustración perfecta de la ideología dominante, el miedo y la angustia ante el declive nacional, temido o real».

Otro especialista, Brice Teinturier, director general delegado del instituto Ipsos, dice: «Francia está dudando de sí misma. Los franceses dudan de su futuro, y están fascinados por la idea del declive nacional, un riesgo de decadencia percibido como inevitable por una inmensa mayoría».

A juicio de Teinturier, esa angustia social de fondo se ha transformado en un movimiento amenazante para los partidos tradicionales de izquierda y derecha. Apenas un 18% de los franceses tienen una opinión positiva de la política. El 82% restante oscilan entre el desencanto (40%), el asco (20%), la cólera (13%) y la indiferencia (9%).

Angustia, desencanto, desilusión y asco hacia la política tradicional que están comenzando a cambiar el paisaje político tradicional, con la ascensión de los populismos de izquierda (Jean-Luc Mélenchon) y derecha (Marine Le Pen), cuya ambición expresa es dinamitar a la izquierda y la derecha tradicionales. Con o sin Macron como presidente, denunciado como un «candidato de los bancos y de la casta».

 

 

Fuente:abc.es

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