Enlace Judío México.- Desde muy joven Ofelia Iszaevich (Lima, Perú,1944) tuvo su contacto con el arte, desde entonces hasta hoy ha sido impostergable su necesidad creativa, que ha tenido su punto más alto en el manejo de texturas y los papeles hechos a mano, trabajados en una tridimensionalidad que va desde lo figurativo hasta un abstraccionismo sumamente lírico.
PERLA SCHWARTZ PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO
Soledad, vacío, fragmentación, son algunos de los temas que la artista egresada de la ENAP (la Escuela Nacional de Artes Plásticas) ha manejado en cuadros, la mayoría de gran formato. La evolución de su creación artística se pudo ver el año pasado en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca, donde se llevó a cabo una retrospectiva con 33 de sus obras más significativas, entre las que se contaron: “Como el agua que fluye”, obra hecha con papel a mano que data de 1996 y es un homenaje a la gran escritora francesa Marguerite Yourcenar; “Troncos” (2015) y algunos cuadros dedicados a la Diosa Innana.
Pintora, dibujante, creadora de texturas estéticas y poéticas inéditas, Ofelia Iszaevich suele realizar investigaciones antes de configurar sus trabajos plásticos, la reflexión filosófica es el sustento de su universo creativo.
Ella realizó estudios de historia del arte e historia medieval en la Universidad Hebrea de Jerusalén, así como un taller de grabado en la Academia de Artes Plásticas Bezabel, esto fue en la década de los 70, mientras que tiene poco más de una década que se actualizó con un taller de papel oxidado hecho a mano, en Gotenburg, Suecia.
Inquisitiva y dedicada, su obra tiene una concepción personalísima de la vida y sus contornos, sobre todo de los intersticios que la conforman, aquellos que no se suelen captar a primera vista. Siempre ha buscado el equilibrio y la armonía.
En sus inicios estuvo influenciada por los informalistas europeos tales como: Josep Guinovart, Antoni Tápies y Frederic Amat; influencia transmutada en emociones, sentimientos y pensamientos que permite ser interpretada de una y mil maneras por quien observe alguno de sus lienzos que transmiten un especial magnetismo con las raíces primigenias de la humanidad.
Ofelia Iszaevich asume el arte como una manera de ser y estar en el mundo. Como artista independiente nadie la detiene en el fluir de su creatividad, durante meses puede dedicarse a trabajar una sola obra, puesto que busca imprimir en ésta la mayor perfección posible.
Ella ha tenido varias muestras individuales, entre las que se encuentran: En la ENAP, el Museo del Chopo, Academia de San Carlos, la Casa del Lago, la Quinta Colorada, la Galería Luis Vardoza y Aragón, entre otras.
También su obra se ha podido ver en algunas exposiciones colectivas, como las realizadas en Quito, Suecia, en el Zócalo o en la Quinta Bienal Internacional de Poesía Visual, por mencionar tan sólo algunas.