Enlace Judío México e Israel – El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, respondió este jueves a Jared Kushner, asesor y yerno del presidente Donald Trump, luego de que criticara a los palestinos por boicotear la cumbre de Baréin organizada por EE.UU. la semana pasada, informó el sitio Arutz Sheva.
“El plan de paz de la administración Trump fracasará igual que la conferencia económica en Baréin”, dijo Abbas, y describió al evento como “una gran mentira concebida por Kushner”.
“No trabajaremos con la administración norteamericana hasta que se retracte en sus decisiones. Desde los Acuerdos de Oslo, Israel ha estado trabajando para destruir los acuerdos. Si Israel no está comprometido con los acuerdos, tampoco estaremos comprometidos”, declaró.
Abbas declaró además que la Autoridad Palestina no aceptaría a EE.UU. como un mediador único en las negociaciones con Israel, una posición que ha enarbolado desde que Trump reconoció a Jerusalén como la capital del Estado judío en diciembre de 2017.
El miércoles, en una conferencia de prensa con periodistas israelíes y árabes, Kushner dijo que la Autoridad Palestina había “cometido un error estratégico” al boicotear la cumbre de Baréin, en la que se presentó la parte económica del plan de paz de Trump.
Sin embargo, en respuesta a una pregunta de un periodista árabe sobre la percepción de EE.UU. sobre Abbas y el liderazgo de la AP, Kushner dijo: “Respeto mucho al presidente Abbas, ha dedicado su vida a hacer la paz, ha sufrido algunos contratiempos a lo largo del camino. Creo en su corazón que quiere hacer las paces, y que podemos darle una oportunidad para tratar de lograrlo”. Asimismo, afirmó que Trump tiene “mucho afecto de manera personal” por el mandatario palestino.
De acuerdo al planteamiento económico del plan de paz, más de la mitad de los 50 mil millones de dólares que se busca recaudar se invertirían en los territorios palestinos durante 10 años, y el resto se dividiría entre Egipto, Líbano y Jordania. Algunos proyectos se lanzarían en la península del Sinaí de Egipto, donde las inversiones podrían beneficiar a los habitantes de la Franja de Gaza.
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