Rothschild y la importancia de la caridad según la Torá

Enlace Judío México / Mordejai Dixler – Mayer Amschel Rothschild de Fráncfort, Alemania, fue el fundador de la dinastía Rothschild en el siglo dieciocho. Una vez un invitado a su casa le preguntó sin mucha vergüenza: “¿Cuánto vales?” Para responderle, Rothschild tomó una libreta que tenía escrita la palabra “caridad” y empezó a sumar las cantidades. El huésped sorprendido exclamó: “Quizás no entendió mi pregunta. Le pregunté qué tiene, no qué ha regalado.”

Rothschild le sonrió y contestó, “Le he entendido muy bien. Cuando muera mi riqueza material quedará atrás. Lo único que voy a poder llevar conmigo es el mérito de aquello que he regalado. Consecuentemente, lo único que realmente tengo es aquello que he dado.”

En la parashá (porción de Torá) de hace unas semanas vimos cómo cada individuo tenía la obligación toráica de dar parte de su cosecha a los cohanim (sacerdotes) y levitas. La Torá nos dice “Y lo santificado de cualquiera será suyo” Este versículo refiere al derecho que tiene el donante a escoger quién recibirá su donación. Pero estas mismas palabras, dice Rab Israel Meir Kagan (el Jafetz Jaim), pueden ser entendidas de manera que realmente nuestras únicas posesiones son nuestros actos buenos. No hay negocio ni inversión que garantice rendimientos, y ciertamente rendimientos eternos. Las ganancias por inversiones espirituales, sin embargo, son tanto eternas como garantizadas.

Un grupo de adolescentes fueron a visitar a Rab Abraham Schorr de Flatbush, un renombrado profesor. Rab Schorr quiso darles una probada del valor eterno de una mitzvá, uno de os mandamientos de D-os. Así que les pidió que pensaran en el placer, en el sentido de satisfacción que tuvieron hace un año al probar un filete o cualquier otro tipo de buena carne. Y posteriormente que pensaran en la sensación de placer y satisfacción de ayudar a un anciano a cruzar la calle.

¿Cuál placer sienten hoy todavía? Preguntó el rabino.

Por tanto, en este mundo, nuestra experiencia individual en asuntos sacros testifica a la verdad. Son las inversiones en lo espiritual las que dan ganancias mayores.

Fuente: Project Genesis

Sefora: Séfora es una mujer adulta con corazón de niña, cree fuertemente en que el único sentido del hombre es ético y como tal tiene una misión en la vida. Quiere recuperar una tradición perdida y agradece a Dios todos los días haber nacido como mujer. Le gustaría llegar a ser excelente ama de casa un día. Recuerda que la raíz de su nombre es hebrea (Tzipora) y quiere decir pájaro, símbolo de la libertad; para ella, el bien más preciado. Ve en el judaísmo una fuente de vida muy valiosa y se acerca a rabinos, escritores y personajes judíos para interpretar su mundo. Busca traducir palabras bellas para que más personas puedan encontrase en este mar.