Enlace Judío México e Israel – Al pueblo judío se nos llama El Pueblo del Libro y, evidentemente, es debido a nuestro vínculo con la Torá. Pero los judíos leemos de todo, leemos mucho. Y es que desde hace unos 2600 años que los judíos escribimos ininterrumpidamente y, por lo tanto, leemos también ininterrumpidamente.
En esta ocasión, Irving Gatell nos hace tres recomendaciones de libros que hay que leer. Todos ellos relacionados con el judaísmo, por supuesto, aunque desde enfoques muy diferentes.
El primero es obra de un rabino. Y no sólo de un rabino, sino de uno de los más grandes sabios de nuestros tiempos: el Rabino Lord Jonathan Sacks.
De su amplísima producción literaria, Irving nos recomienda en esta ocasión Celebrando la Vida, un libro que no fue planeado como tal, sino que se integró con las colaboraciones semanales del Rab Sacks con el periódico The Times.
Es un sencillo pero profundo texto en el que su autor reflexiona sobre todas aquellas cosas que la vida nos regala y que nos permiten alcanzar la felicidad, si acaso aprendemos a reconocerlas y valorarlas.
La novela gráfica Maus, del artista judío-sueco, luego nacionalizado estadounidense, Art (Arthur) Spiegelman, es la segunda recomendación. Obra premiada con el Pulitzer, se trata de acaso la mejor novela gráfica hecha sobre el Holocausto.
El autor, hijo de un sobreviviente, proyecta allí todo el esfuerzo, a ratos doloroso, a ratos emotivo, que representó para él aprender a coexistir y a convivir con todos esos rasgos de carácter de su padre, a veces imposibles de tolerar, a veces enigmáticos, pero que sólo podían explicarse desde lo que fue sobrevivir a la peor catástrofe en la historia del pueblo judío.
Finalmente, Gatell nos recomienda El Cementerio de Praga, de Umberto Eco, una colosal novela que nos retrata el ambiente pseudo-intelectual de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, en el cual se consolidó el antisemitismo que, unos años más tarde, haría posible el nazismo.
El dominio de Eco respecto al contexto histórico, y el recreación simplemente perfecta de la psicología del antisemita de esa Europa decadente, hacen de esta novela un libro que, a gusto de Irving, todo judío debería leer.
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