La risa en el judaísmo

Enlace Judío – Que el pueblo judío es una fuente inagotable de comediantes más que destacados —los hermanos Marx, Mel Brooks, Woody Allen, Ephraim Kishon, apenas por mencionar unos pocos pero de máxima relevancia—, ya se sabe.

¿De dónde viene nuestro proverbial sentido del humor? No, no es de nuestra capacidad de reírnos de nosotros mismos. Eso lo hace, en realidad, todo el mundo, y por eso obras como Violinista en el Tejado son de un valor universal.

Irving Gatell nos explica cómo el humor judío se deriva de hábitos y prácticas lingüísticas que han hecho del idioma hebreo algo muy singular a lo largo de la historia, y cómo todo ello se ha traducido en que el judío, por naturaleza, tienda a ser una persona demasiado hábil en la posibilidad de interpretar las cosas de muchas maneras.

Eso se ha traducido en un nivel de creatividad pocas veces visto, que lo mismo se manifiesta en las ciencias y en el arte, pero que siempre se proyecta en la infalible capacidad de los comediantes judíos para tomarte por sorpresa y hacerte ver el mundo de un modo que no te habrías imaginado.

De un modo chistoso, por supuesto, porque si a algo nunca le tuvo miedo el judaísmo desde que Sara, nuestra madre, se rio delante de D-os, es a reír.

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