Los familiares de los fieles judíos asesinados lloran el día de la inauguración del juicio del tirador de la sinagoga de Pittsburgh. La profundidad de la malicia y el odio del acusado solo puede probarse en los cuerpos destrozados y sus palabras llenas de odio, dijo el fiscal federal adjunto Soo C. Song, según informa Win Wolrd Israel News.
Los familiares de los once fieles judíos asesinados en un ataque con armas de fuego contra la sinagoga Tree of Life de Pittsburgh en octubre de 2018 lloraron en la corte el martes mientras escuchaban los argumentos del fiscal el primer día del juicio del agresor, Robert Bowers.
Un camionero de 50 años del suburbio de Baldwin en Pittsburgh, se sentó impasible ante el tribunal mientras la fiscalía afirmaba que debería enfrentar la pena de muerte por la masacre, la peor atrocidad antisemita en la historia de los Estados Unidos. Doce miembros del jurado y seis suplentes, elegidos el jueves después de que más de doscientos candidatos fueran interrogados durante un mes, están escuchando el caso. Incluyen once mujeres y siete hombres.
Bowers irrumpió en la sinagoga en el vecindario Squirrel Hill de Pittsburgh en la mañana del sábado 27 de octubre de 2018. La sinagoga albergaba tres congregaciones, Tree of Life, Dor Hadash y New Light, para los servicios semanales de Shabat. Miembros de las tres congregaciones llegaron al juzgado el martes en un autobús escolar y entraron juntos. El ambiente en la gran sala del tribunal con paneles de madera era sombrío cuando la sala se llenó de medios, sobrevivientes y familiares.
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Armado con tres pistolas y un rifle AR-15, Bowers disparó desde una ventana grande cerca de la entrada de la sinagoga y luego abrió fuego contra los feligreses, según la acusación. La policía le disparó a su vez varias veces y finalmente se entregó y fue detenido. Las autoridades han dicho que creen que actuó solo.
El tiroteo masivo dejó once muertos y seis heridos , entre ellos cuatro policías que acudieron al lugar. Entre los muertos se encontraban una bisabuela de 97 años, un contador de 87 años y una pareja que se había casado en la sinagoga más de 60 años antes.
Minutos antes de lanzar su asalto, Bowers subió un video a Gab, una plataforma de redes sociales ampliamente utilizada por los extremistas de extrema derecha, en el que despotricaba que los judíos eran responsables de la afluencia de inmigrantes a los EE. UU. en detrimento de su población blanca, declarando, no puedo sentarme y ver cómo matan a mi gente. Al diablo con la óptica, voy a entrar.
Los fiscales comenzaron a presentar su caso el martes reproduciendo una llamada inicial al 911 de Bernice Simon, quien informó nos están atacando en la sinagoga y que su marido, Sylvan, había recibido un disparo.
Shannon Basa-Sabol, la operadora que atendió esa llamada, testificó que le aconsejó a la señora Simon que encontrara la herida y detuviera la hemorragia. Luego, el despachador escuchó más disparos y gritos cuando la señora también recibió un disparo. La pareja estaba entre las víctimas.
Bernice, ¿sigues conmigo? preguntó Basa-Sabol en una grabación de audio reproducida para el jurado. No hubo respuesta.
Dirigiéndose a los miembros del jurado, el fiscal federal adjunto Soo C. Song comentó que la profundidad de la malicia y el odio del acusado solo se puede probar en los cuerpos destrozados y en sus palabras de odio.
Bowers se ha declarado inocente de 63 cargos, incluida la obstrucción del libre ejercicio de creencias religiosas con resultado de muerte y delitos de odio. Si es declarado culpable, podría enfrentarse la pena de muerte que se perfila como el principal debate en el juicio, ya que la defensa no niega que Bowers sea culpable.
La abogada defensora Judy Clarke argumentó que se podría entender que actuó asi en una creencia irracional y no con odio. Sus abogados también han afirmado que sufre esquizofrenia y otros problemas de salud mental.
Tenía lo que para nosotros lo que en nuestro pensamiento es impensable, sin sentido e irracional de que al matar judíos lograría su objetivo, dijo Clarke, y agregó, no tiene sentido este acto criminal. El Sr. Bowers causó un daño extraordinario a muchas personas.
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