ENLACE JUDÍO

Cuando el nieto de Eilon Vaadia lo ve llegar, lo primero que dice es “Moaj, moaj”. Moaj significa cerebro y es lo que ocupa a Eilon a diario. El cerebro es la razón de ser del Jerusalem Brain Sciences Building de la Universidad Hebrea de Jerusalem, al cual Vaadia pertenece y cuya fachada está decorada con neuronas. Allí se estudian los enigmas del cerebro.

Estos enigmas tuvieron cautivo a un salón lleno, mientras Eilon Vaadia, invitado el domingo 10 de febrero por los Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalem, explicaba los últimos descubrimientos acerca del tema.

Algunas de las “sorpresas” develadas por Vaadia:

• El cerebro no existe para observar sino para sobrevivir
• El cerebro se conforma de aproximadamente de 100,000 células nerviosas; todas ellas “están gritando y las demás células escuchan”.
• La Realidad personal que nos muestra el cerebro no refleja la verdadera realidad, sino es generada por conversaciones entre nuestro cerebro y el mundo externo.
• El cerebro está en constante interacción con el mundo a través de circuitos de controladores y predictores.
• Los controladores preguntan: ¿Cómo debo actuar? y los predictores “¿Cómo esta acción afecta a mi estado?”
• El cerebro no quiere decirte qué hay fuera, sino si el mundo está de acuerdo con la realidad interna que has construido de este mundo.
• La creatividad es la otra faceta de la esquizofrenia.

En su exposición, Vaadia mostró como estos estudios han florecido en una verdadera revolución en la ciencia del cerebro:

• La Universidad Hebrea de Jerusalem han diseñado algoritmos que calculan cómo se actualizan las predicciones del cerebro.
• Se han insertado chips en el cerebro de una mujer parapléjica, los cuales manejan a un brazo robótico que apoya a la enferma.

Mil millones de dólares para el futuro del cerebro

Es la cantidad asignada al proyecto de estudios del cerebro. Los grandes avances no los veremos nosotros, sino nuestros nietos:
• Se encontrarán las moléculas que matan a las células nerviosas en los pacientes con Alzheimer.
• Se encontrará el genoma que explique por qué se suicidan las células productoras de dopamina en caso del Parkinson.
• Se están diseñando nanorobots que pueden introducirse al cerebro y llevar la medicina (para las patologías anteriormente mencionadas) dónde haga falta y sólo cando sea necesario.