AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Estudiar los tuits, previos al Estado Islámico, de la gente que terminó apoyando a la organización, deja de manifiesto un panorama revelador sobre cómo surge el apoyo, dicen los técnicos en informática.

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En mayo de 2014, surgieron noticias de que un hombre egipcio llamado Ahmed Al-Darawy había muerto en los campos de batalla en Iraq mientras luchaba por el Estado Islámico de Iraq y el Levant, también conocido como Estado Islámico o ISIS.

En virtud de esto, su muerte pareció ser un enigma. Al-Darawy era un hombre de 38 años y padre de tres; fue policía y gerente de una compañía multinacional en Egipto. También había sido un jugador clave en el movimiento democrático sin violencia que logró derrocar al presidente egipcio Hosni Mubarak en 2011 durante la Primavera Árabe. Al-Darawy, incluso, se había postulado para cargos de elección después de los levantamientos.

Muchos observadores se preguntaron qué había ocasionado que este activista no-violento se convirtiera en un partidario del movimiento violento ISIS. Pero la historia de Al-Darawy no es tan inusual.

Estudios de personas que se han unido a este tipo de organizaciones sugieren que éstas tienden a tener más educación, a estar mejor financieramente, a estar más expuestas a la cultura occidental y, generalmente, a sentirse más acomplejadas que el promedio. Ninguno de estos individuos muestra evidencia de trastornos psicológicos. Por el contrario, parecen estar psicológicamente más estables que el promedio.

Estas características difícilmente son inusuales. Muchas personas en muchas sociedades comparten características similares. Entonces, ¿qué distingue a aquéllos que escogen luchar por grupos violentos, tales como ISIS, de aquéllos que deciden no hacerlo?

Hoy en día, obtenemos información respecto a esta pregunta gracias al trabajo de Walid Magdy y amigos del Instituto de Investigación de Informática de Qatar, en Doha. Estos chicos han estudiado los tuits en árabe generados por personas que apoyan a ISIS y los de aquéllos que están en su contra, con el fin de determinar qué factores tienen en común las personas de cada grupo.

Buscaron a través del historial de tuits de cada individuo para ver si sus tuits pre-Isis revelan algún factor en común que pudiera predeterminar su apoyo u oposición posterior. Magdy y compañía empezaron coleccionando unos 3.1 millones de tuits árabes que mencionaban a ISIS y que fueron creados por más de 250,000 usuarios entre octubre y diciembre de 2014. De estos usuarios, 165,000 tenían cuentas activas que datan de la época pre-ISIS.

Militantes-ISIS-Enlace-Judio-MexicoPara determinar la diferencia entre los usuarios que apoyan o se oponen a ISIS, le preguntaron a un hablante nativo árabe para juzgar la polarización en una muestra aleatoria de 1,000 tuits.

Esto reveló una clara tendencia. Los tuits que demuestran apoyo por ISIS tienen a utilizar el nombre completo, el Estado Islámico de Irán o el Levant, o alguna variación. Los tuits que se oponen a ISIS tendían a usar la abreviación.

Seleccionaron a aquellos usuarios que habían escrito 10 o más tuits sobre ISIS, ya sea a favor o en contra. Esto produjo un total de 11,332 usuarios pro-ISIS y 45,628 usuarios anti-ISIS.

Luego, Magdy y compañía estudiaron las formas en que los tuits de apoyo o de oposición a ISIS variaban en el tiempo. “Los tuits anti-Isis generalmente alcanzaban su máximo cuando se transmitían noticias sobre las violaciones a derechos humanos cometidas por ISIS, tales como el asesinato de un rehén, los recuentos de torturas o los reportes sobre la esclavización de mujeres Yazidi”, dicen. “Por otro lado, los tuits pro-ISIS generalmente alcanzaban su punto máximo en relación con el lanzamiento de videos propagandísticos e importantes logros militares”.

También estudiaron los hashtags asociados a estos tuits, encontrando vínculos con varios sucesos de noticias, lo cual parece desencadenar un interés en ISIS. De forma poco sorprendente, muchos de estos tuits parecían originarse en Medio Oriente.

Finalmente, Magdy y compañía estudiaron la cronología de los tuits de más de 7,000 usuarios pro-ISIS y un número igual de usuarios anti-ISIS. La meta era buscar características en común que pudieran predecir su apoyo u oposición futura.

Magdy y compañía entrenaron un algoritmo de aprendizaje automático para localizar usuarios de ambos tipos y dijeron que pudo clasificar con mucha exactitud a otros usuarios como probables de convertirse en pro- o anti- ISIS. “Entrenamos un clasificador que puede predecir el apoyo u oposición futura de ISIS con un 87 por ciento de exactitud”, comentaron.

Los hashtags que estas personas utilizan dan un aspecto interesante dentro del origen de su apoyo u oposición. “El proceso de discriminación de hashtags sugirió que una principal fuente de apoyo para ISIS proviene de la frustración ocasionada por los tropiezos de la Primavera Árabe”, dijeron Magdy y compañía. “En cuanto a la oposición de ISIS, está vinculada con el apoyo a otros grupos rebeldes, en su mayoría en Siria, que ha sido un blanco de ISIS, así como con el apoyo a los regímenes existentes de Medio Oriente y el sectarismo shia”.

Ésa es una investigación interesante que revela la complejidad de las fuerzas que están en juego en la determinación del apoyo u oposición a movimientos como ISIS- porqué personas como Ahmed Al-Darawy terminan muriendo en los campos de batalla. Un mejor entendimiento de estas fuerzas es, seguramente, un paso hacia adelante en la búsqueda de soluciones de la enmarañada red que existe en esa parte del mundo.

Sin embargo, cabe terminar con una nota precautoria. La habilidad de clasificar personas como potenciales partidarios de ISIS genera el peligroso prospecto de una especie de policía del pensamiento, como ha sido presentada en películas como Minority Report. Claramente, debe pensarse mucho en cómo debe utilizarse este tipo de información.

Fuente: MIT Technology Review / Traducción: Miriam Baley.