POR RON BOUSSO, HA’ARETZ

La llama de la vela de Janucá cruzó su camino el pasado domingo al anochecer, por primera vez en su tradición milenaria, con el símbolo de otra antigüedad cultural: la Gran Muralla China.
Alrededor de 200 israelíes y miembros de la comunidad judía de Beijing se reunieron en el lugar llamado Mujianyu, en las afueras de la capital china, para encender la primera vela de Janucá, teniendo de fondo la sinuosa muralla.
El embajador de Israel en China, Dr. Yehoyada Haim, fue el anfitrión de la ceremonia, la que comenzó diciendo:
“Este es un momento histórico en el que dos grandes y antiguas civilizaciones se reúnen.”
El Rabino Jabad de Beijing, Shimon Freundlich, dirigi ó la ceremonia de encendido de las velas. El rabino invit ó al vicepresidente de la Sociedad de la Gran Muralla China, quien había ayudado a coordinar el acto, para encender el shamash.

Luego, los participantes reunidos alrededor de la gran Janukiá, en medio de un intenso frío, comieron los tradicionales berlines y latkes, acompañados de una sopa caliente, y cantaron las conocidas canciones de Janucá.
Esta es la primera vez en que se permite encender velas de Janucá en un acto oficial en China, porque el judaísmo no ha sido reconocido en ese país como una religión oficial.