ABRAHAM COOPER Y MARVIN HIER

En muchos sentidos, la segunda mitad del siglo XX, fue un período récord en las relaciones entre judíos y cristianos. En el presente, la política antiisraelí por parte de determinados organismos cristianos con poder impide el desarrollo de relaciones inter-religiosas y amenazan con dar vida, otra vez,  a las concepciones de la Edad Media, que hicieron la  demonización de los judíos durante cientos de años. En 2007, el Consejo Mundial de Iglesias, organismo máximo que reúne en especial a liberales protestantes (580 millones de fieles), reunió a todas las iglesias en el Congreso, “A favor de la paz y la justicia en  Medio Oriente”. Del Congreso surgió un documento que condena la violencia e incentiva la solución de dos estados al conflicto, pero niega el derecho de Israel a continuar existiendo, en el futuro, como Estado judío. Lo hizo por medio de la obstinación a que, millones de palestinos, nietos de aquellos que abandonaron o fueron expulsados,  en 1948,  tienen “Derecho al Retorno” a Israel.

Tal como es sabido brindar ese derecho a todos los hijos de la tercera generación de palestinos, significa la desaparición, inmediata, de Israel y su transformación en una dictadura medioriental.

El documento define el cerco de separación que Israel construyó a fin de alejar de su seno a terroristas suicidas (barrera que salvó, con eficacia,  muchas vidas judías, musulmanas y cristianas) “grave violación de la ley internacional” que debe ser levantado.

En 2008  el Consejo Mundial de Iglesias reunió a un grupo de teólogos, protestantes y católicos, a fin de aclarar la tendencia cristiana hacia Israel (judíos no fueron invitados). El grupo difundió una propuesta en la cual,  entre otros, llama a los cristianos a considerar  las referencias bíblicas de Israel sólo como metáforas. Esa consideración rechaza la relación entre los judíos del presente y Moisés, Jeremías e Isaías. Señala el retorno a la “Teología del Reemplazo”, concepción de la Edad Media según la cual  la Iglesia reemplazó a Israel en el programa divino y todas las referencias bíblicas de Israel se relatan ahora al “Nuevo Israel”, es decir, a los cristianos. Durante cientos de años, esa concepción fue la base teológica para la negación de los derechos de los judíos en Europa, controlada por la Iglesia.

En 2009, el primer día de Januca, un grupo de cristianos palestinos difundieron el documento Palestin de la organización Kairos, publicado inmediatamente por el sitio del Consejo Mundial de Iglesias, llamando  al boicot general de Israel y sosteniendo que, la fe cristiana,  les exige  posicionarse junto a los “reprimidos”, es decir, los palestinos. Habla de la injusticia de la “ocupación” israelí pero guarda silencio en lo referido a la injusticia cometida por los palestinos, incluidos los terroristas de Hamas que controlan la Franja de Gaza.

El documento Kairos describe la relación judía hacia Israel solo en términos de la Shoa, absteniéndose de los 3000 años del establecimiento judío. “Nuestra presencia, en ésta tierra, como cristianos y musulmanes palestinos, no es casual sino enraizada muy bien en la historia y en la geografía de éste lugar”, dice el documento. “Occidente pensó en indemnizar a los judíos por lo padecido en los países de Europa  pero lo hizo a nuestra cuenta y sobre nuestra tierra”.

Lo más importante, líderes palestinos de esas Iglesias declararon que estaba prohibido que exista un Estado judío dado que, todo estado religioso, es racista en su base. Mencionaron, en ese contexto, solo a Israel por supuesto y se abstuvieron de todos los países musulmanes y otros, que sostienen  una religión oficial del Estado.

El documento Kairos obtuvo elogios por parte de grupos religiosos, incluidas las iglesias presbiterianas en Estados Unidos, que contiene 2.3 millones de creyentes y en 2004, fue la primera Iglesia Protestante norteamericana que llamó a la desconexión de Israel.

En febrero pasado, su comisión investigadora en  Medio Oriente anunció que incentivará al gobierno de Obama a “Concretar el uso estratégico de su influencia para evitar la ayuda económica y militar a Israel”, mientras, cuestionaba  el derecho a la existencia del Estado de Israel, agregó una disculpa a los palestinos. En palabras de uno de los miembros de la comisión, el reconocimiento del derecho de Israel a existir “Constituye un permiso a Israel por la vía por la cual surgió y una negación a la legitimidad del pueblo palestino”.

El Centro Simon Wiesenthal se reunirá próximamente con el Presidente del Consejo Mundial de Iglesias a fin de solicitarle que interrumpa la campaña contra Israel y contra los judíos, como campañas diplomáticas y académicas anti-israelíes  cuando, ni siquiera, esos llamados y escritos mejorarán la vida de ningún palestino. Pero, con seguridad, lograrán incentivar a los terroristas y antisemitas y arrojarán relaciones inter-religiosas, que fueron desarrolladas con cuidado, hacia la ruina y la discriminación.

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs. 10-12-10/Cidipal