JOSE KAMINER  TAUBER.

1928 El hoy

Reminiscencia  de un proceso

El 10 de setiembre de 1928 el Dr. Morduch Halsmann y su hijo estaban realizando una caminata por el valle de Zill, en los Alpes tiroleses en Austria, El primero era un dentista judío de 48 años y su hijo Philippe, de 22 años de edad, estudiante de electrotécnica de la Technische Hochschule de Dresden, Alemania, se encontraban en la zona completando unas largas vacaciones que comprendían además sitios de Alemania, Suiza e Italia.

Durante la caminata el hijo se adelantó un tramo y cuando se da vuelta y no ve a su padre, retrocede y lo encuentra tirado en un hendedura, junto a un riachuelo. Se dirigió rumbo a una hostería cercana para pedir ayuda, encuentran al Dr. Halsmann muerto, con la cabeza ensangrentada. La causa del deceso fue un fuerte golpe con una piedra. Esta fue encontrada luego en las cercanías del cuerpo, manchada con sangre de la víctima. El asesino lo despojó de sus anteojos con armazón de oro y de su billetera, que luego fue encontrada vacía.

Dos asesinatos en circunstancias similares, sin resolver, habían ocurrido en la zona hacía poco tiempo.

El 16 de septiembre Philippe Halsmann, fue acusado de parricidio. Durante el proceso se hizo indiscutible el trasfondo antisemita, del cual el acusado y su madre fueron los blancos principales. A un pedido del hijo para que se enterrase al padre sin dilaciones y envuelto en un sencillo manto, de acuerdo con la tradición judía, la respuesta pública  que desconocía los ritos funerarios judíos fue que el hijo odiaba tanto a su padre que quería deshacerse de él lo antes posible y en las más denigrantes condiciones. Un obispo local dijo desde el púlpito: “El hijo ávido e inhumano ni siquiera tiene la fibra moral de Judas, quien al final se arrepintió y se quitó la vida”. Un póster que llamaba a un mitin político local decía: “El proceso Halsmann demuestra, para todo el que quiera verlo, las influencias monstruosas y el espíritu de clan de los judíos. El judío domina al pueblo alemán. Antisemitas, venid y ayudadnos en nuestra lucha contra nuestros opresores judíos”.

Las acusaciones esgrimidas durante el juicio, sobre el motivo del supuesto crimen, habían sido el cobro de un seguro de vida y que la relación entre padre e hijo era mala, fueron totalmente descartadas. Sin embargo, el juez  mantuvo frente al jurado que la imposibilidad de encontrar un motivo no significaba que tal motivo no existiera. El 17 de diciembre de 1928, Philippe Halsmann fue condenado a 10 años de prisión por asesinato en segundo grado que después fue modificado a 4 años de cárcel y trabajos forzados y la obligación de ayunar en cada aniversario de la muerte de su padre.

El juicio creó una conmoción en la sociedad austríaca. Se llevaron a cabo numerosas manifestaciones a favor y en contra del acusado, estas últimas de claro sentido antisemita. Con mucha razón, se denominó al proceso Halsmann, “el proceso Dreyfus austríaco”. Diariamente tenían lugar declaraciones antijudías y la prensa antisemita injuriaba continuamente al acusado. Las paredes de muchas de las casas de Innsbruck estaban adornadas de pancartas con ataques a Halsmann.

Aun después de su liberación y expulsión de Austria, continuó contra Halsmann la campaña difamatoria de puro corte antisemita, así como la movilización de quienes, en vez de un perdón, exigían que se hiciese justicia.

Las circunstancias sociales en Austria

Adentrarse en la situación político-social de Austria durante la época en que tuvo lugar el proceso, permite no solo conocer las circunstancias en las que él tuvo lugar, sino también entender muchas de las motivaciones que habían llevado a orquestarlo.

Azarosas fueron las primeras décadas de la República Austriaca, después de que se desmembró el Imperio Austro-Húngaro. Su población estaba agrupada en tres grandes movimientos políticos. La izquierda estaba representada por la Social-Democracia y un minúsculo grupo bolchevique. La derecha se alineaba alrededor del partido Social-Cristiano y del movimiento Nacionalista Germano, de tendencia fascista. Las provincias que conformaban la república que estaban organizadas en forma federativa. Viena, cuyos dos millones de habitantes representaban un tercio de la población total de Austria, adquirió el status de provincia y gozaba, al igual que las otras, de gran autonomía. Los social-demócratas habían puesto en marcha un vasto programa de reformas sociales y habían logrado aminorar la influencia tradicional de la Iglesia, que en esa época estaba muy volcada hacia la derecha. Los antisemitas de derecha identificaban a los social-demócratas con los judíos. Tanto, que  en los eslóganes propagandísticos, se los acusaba de causantes de todos los males.

El proceso Halsmann prontamente se dejó de mencionar. A lo que se pueden presentar  diversas razones que llevaron a ello. El hecho de que Philippe Halsmann se había propuesto olvidar los sucesos trágicos, pudo haber jugado algún papel. Pero existe otra razón con más peso: la ascensión meteórica del nazismo en acción transformó a dicho proceso en un pequeño episodio,  como una gota de agua dentro del mar de los acontecimientos que le siguieron.

El 29 de marzo de 1973, el Fiscal General de Austria hizo saber que “…Por la presente la sentencia queda cancelada y no existe ninguna razón por la cual el Sr. Halsmann no pueda venir a Austria y visitar la tumba de su padre.”

1938 El mañana

En la sombra de la svástica

Los eventos del 12 de marzo  de 1938  fueron los primeros grandes pasos en la expansión de Alemania  ansiada por Adolfo Hitler . Este acto continuó  a la devolución a Alemania de la zona del Sarre, que estaba bajo el control de la Sociedad de Naciones por espacio de  15 años como se acordó en el Tratado de Versalles. El Anschluss (Anschluss (palabra alemana  que significa “anexión” referente a la inclusión de Austria  dentro de la Alemania nazi  como una provincia del III Reich, pasando de Osterreich a Ostmark- Marca del Este). Fue precedido por un estado de creciente presión política sobre la pequeña republica, efectuada por  la Alemania nazi, exigiendo el reconocimiento del Partido Nazi, que era ilegal en Austria, y más adelante su participación en el gobierno. Lo que orilló al Canciller de Austria Kurt Schuschnigg, que convencido de que ninguna concesión bastaría para contener a los nazis decidió pedir el apoyo a su gobierno para salvar la independencia del país por medio de un referendo convocado por sorpresa que se celebró el 13 de marzo  de 1938 , sin dar tiempo a los nazis a preparar una campaña y al gobierno alemán intervenir. La votación no contaba con garantías (no había censo fiable, no había tiempo para hacer campaña y la pregunta no daba alternativas y los votantes de menos de 24 años quedaban excluidos, para reducir las posibilidades de respaldo del no), pero se convocaba con fines propagandísticos y para aliviar la presión alemana.

La respuesta internacional fue tibia: Los países aliados de la Primera Guerra Mundial  solamente presentaron protestas diplomáticas, sin tomar acciones que restituyeran el previo acto del Anschluss, aun cuando los aliados eran, los responsables del cumplimiento del Tratado de Versalles, que se prohibía específicamente la unión entre Austria y Alemania.

En la ciudad capital (Viena) de la provincia de Ostmark, pronunció Hitler, el 14 de Marzo de 1938, un discurso a los vieneses desde el balcón central del Palacio de Hofburg, discurso que es considerado de mayor aclamo por su audiencia debido a la anexión de Austria (su patria) al Tercer Imperio Germano (Dritte Reich).

Para poder legitimar la invasión se celebró un referéndum el 10 de abril  que resultó favorable al Anschluss con un 99,73%, si bien carecía de las garantías democráticas.

Durante la Segunda Guerra Mundial , Viena sufrió bombardeos aéreos estadounidenses que destruyeron una parte del patrimonio histórico (la catedral gótica de San Esteban, la ópera de Viena, los puentes del Danubio. En mayo de 1945  Viena es tomada por los rusos quienes, junto con franceses, estadounidenses e ingleses, la ocuparían durante 10 años bajo un sistema de ocupación cuatripartita similar al de la ciudad de Berlín.

A más de cinco décadas del Anschluss, la anexión alemana de Austria en 1938 que produjo a una estrecha colaboración entre ambos países durante la Segunda Guerra Mundial, el primero no ha logrado enfrentar cabalmente su pasado nazi. Los esfuerzos por desnazificar Austria han sido tenues y a lo largo de todos estos años los austriacos han intentado convencer al mundo, e incluso a sí mismos, de que fueron las primeras víctimas de Hitler.

Más allá del tiempo

Halsmann después de la liberación

En París comenzó una nueva vida, al salir de la vorágine en la cual había sido involucrado. Modificó su nombre por el de Philippe Halsman, (una forman no alemana) con éxito logró que su historia no fuese conocida y se dedicó a la fotografía. Donde encontró aceptación en ese campo,  fue contratado como reportero gráfico para revistas muy conocidas, entre ellas Paris Vogue, Viola y Vu. Sobresalió como retratista de personalidades ilustres, expuso sus obras en importantes galerías y También diseñó una cámara Réflex de lentes gemelas que facilitaron su tarea artística.

En 1937 se casó con Ivonne Moser, su asistente. En 1940, ante la ocupación nazi de París, su familia: madre, hermana, esposa e hija Irene reciben visa para ingresar a Estados Unidos, ya que poseían pasaportes franceses. A Phillippe le fue negada la visa por ser letón. A su arribo a Estados Unidos, su hermana y su esposa apelaron a Albert Einstein, quien intercedió ante Eleanor Roosvelt, la entonces primera dama. Gracias a la intervención de ella, Halsmann llegó a New York el 10 de noviembre de 1940.

Tras su arribo a New York, Albert Einstein, respondiendo una nota de agradecimiento que Halsman le envió, le deseó mucho éxito y lo felicitó “… por haberse escapado nuevamente de los bandidos”.

Thomas Mann, exiliado en los Estados Unidos, intercedió a favor de Philippe Halsman. Ante el peligro de que el prontuario judicial de este último pudiese ser un impedimento para su permiso de residencia.

Su carrera como retratista fue meteórica. En la encuesta realizada en 1958 por la revista “Popular Photography” fue elegido como uno de los diez mejores fotógrafos del mundo. No existió personalidad de la política, la cultura o las artes que él no hubiera retratado, ni hay una publicación prestigiosa en la cual no haya colaborado. Como ejemplo, valga recordar que 101 tapas de la afamada revista “Life” fueron de su autoría. Para él posaron artistas como Salvador Dalí, de quien fue muy amigo, Louis Armstrong, Rita Hayworth, Groucho Marx y personalidades de la política como John F. Kennedy, Richard Nixon y Winston Churchill. Su famoso retrato de Einstein fue el que la revista “Time” eligió para su tapa, en el número dedicado a la más grande personalidad del siglo. La misma fotografía fue la que se editó como estampilla por el correo de Estados Unidos.

Deborah H. Weinstein (2000) opina que “… sus retratos psicológicos de Einstein, Monroe, Churchill y tantos otros permanecerán como íconos definitivos e indelebles de nuestra era. Como una ironía, el hombre que guardó tantos secretos con respecto a sí mismo, reveló mucho sobre algunas de las más memorables personalidades del siglo XX”.