NYT y Washington Post reportan que, después de un día lleno de rumores y contradicciones, el Presidente de Egipto anunció, en televisión nacional, que “admitirá sus errores” y honrará el sacrificio de los jóvenes muertos en la revuelta, pero que seguirá con sus responsabilidades de Presidente hasta septiembre.

Dijo que delegaría una mayor autoridad a su Vicepresidente Omar Suleiman, pero que renunciaría a la Presidencia. Así contradijo varios reportes que decían que dejaría su puesto y sorprendió a las multitudes de la plaza Tahrir, que esperaban su partida de la escena política.

“No escucharemos ni aceptaremos intervenciones o dictados de potencias extranjeras”, dijo.

La moneda sigue en el aire…