EFE | EL UNIVERSAL

Estados Unidos vetó ayer la adopción en el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución palestina que reafirma la ilegalidad de los asentamientos judíos en territorio ocupado y que contaba con amplio respaldo internacional.

La delegación estadounidense, que tiene derecho de veto por ser un miembro permanente, fue la única de los 15 países del máximo órgano de seguridad internacional en votar en contra de la medida auspiciada por más de 100 países.

“Pese a que coincidimos con los otros miembros, y de hecho con el mundo en general, sobre la insensatez y la ilegitimidad de continuar las actividades en los asentamientos israelíes, no nos parece sensato que el Consejo trate de resolver los asuntos cruciales que dividen a israelíes y palestinos”, explicó tras la votación la embajadora de EU ante la ONU, Susan Rice.

La representante estadounidense advirtió de que su oposición a la resolución palestina no se puede interpretar como un respaldo a los asentamientos que Israel ha construido en los territorios ocupados tras la guerra de 1967.

“Al contrario, rechazamos firmemente la legitimidad de las actividades en los asentamientos israelíes, que durante cuatro décadas han socavado la seguridad de Israel y corroído la esperanza de la paz y la estabilidad en la región”, apuntó.

Rice recordó que “ningún otro país” ha invertido más capital político en la búsqueda de una paz duradera en Oriente Medio que Estados Unidos, por lo que defendió su decisión de evitar que la resolución pudiera dificultar el proceso.

En su opinión, la adopción de la resolución promovida por los países árabes abriría la puerta a que cualquiera de las partes acudiera a la ONU cuando las negociaciones directas entre las partes afrontaran dificultades.

Por su parte, el resto de delegaciones señalaron que su voto a favor de la medida obedece a la necesidad de salvaguardar el derecho internacional y constatar que las colonias suponen un impedimento para lograr la paz entre las partes.

“Son ilegales bajo el derecho internacional, son un obstáculo para la paz y una amenaza para la solución de los dos Estados”, afirmó el embajador británico, Mark Lyall Grant, que intervino en nombre de su país, Francia y Alemania.

El proyecto de resolución reafirmaba que “los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados en 1967, incluido Jerusalén este, son ilegales y constituyen un gran obstáculo para alcanzar una paz justa, duradera e integral”.

Además, instaba al Gobierno israelí, como potencia “ocupadora”, que “cese inmediatamente todas las actividades en los asentamientos” y cumpla todas sus obligaciones internacionales al respecto.