ELISABETH BRAW

Ante  las revueltas árabes, Israel está preocu­pa­do. Las protestas provocaron la caída de Hosni Mu­ba­rak, un aliado de Israel.
Danny Ayalon, ministro de Relaciones Exteriores de Israel, advierte que Islamistas pueden secuestrar las revueltas,  creando regímenes como el de Irán.

¿Las revueltas del mundo árabe son buenas o malas noticias para Israel?
– La cuestión principal es si estas revueltas son buenas para el mundo árabe. Israel ha declarado que deseamos lo mejor para todos los países y personas a nuestro alrededor. Nuestra única preocupación es que los islamistas extre­mos secuestren los levantamientos. No queremos ver al Irán de 1979, de nuevo.
Por otro lado, algunos de los involucrados eran buenos amigos de Israel. Nuestra relación con Egipto era sólo una parte de la política de Mubarak. Podemos decir con humildad que no interferimos en los asuntos internos de otros países, como no queremos que interfieran en los nuestros.

¿Qué pasa si estas naciones eligen a islamistas extremos?
– Un elemento central de la democracia es el respeto a la ley. Racismo, extremis­mo y partidos violentos deben ser prohibidos. En Israel la Suprema Corte prohibió algunos partidos. Si queremos ver socieda­des sanas y normales, en el mundo árabe, debe haber límites para los extremistas a fin de que no lleguen al poder. Las elecciones son importantes, pero deben venir al final de un pro­ceso de democratiza­ción cuando la gente ya fue reeducada e informada y haya diferentes opciones de partido para votar.

¿Así que están preocupados de que en las elecciones en Egipto gane la Hermandad Musulmana?
– Nadie puede predecir el resultado de una elección. Pero es importante que el ganador no apoye la violencia, la supremacía racial o nada que pueda desestabilizar a la región. Vimos lo que pasó en Irán. Las elecciones en Irán no son democráticas, porque los ayatolás pueden controlar y manipular los resultados.

¿Le interesa a Israel ver si Gaddafi se queda o se va?
– No hay duda que de Gaddafi no es sólo un dictador, sino también un asesino que ha usado al Ejército contra su propia gente. Pero por cualquier criterio moral no sólo debería irse sino enfrentar una corte criminal. Pero también es importante que quien sea que lo reemplace, no sea Al-Qaeda o los ayatolás en Teherán.

¿Cómo puede prevenirse?
– La comunidad internacional, pero sobre todo Europa, que está más cerca de Libia, tiene que convertirse en un guardián moral y político. Si podemos reunir, de alguna manera, los recursos del mundo árabe –principalmente Arabia Saudita y países del Golfo, con sus trillones de petrodólares– e invierten en una infraestructura que genere trabajo y crecimiento, junto con una dirección política para construir una sociedad con instituciones democráticas.
Judaísmo, un modo de vida

Danny Ayalon defiende los asentamientos y un nuevo juramento de lealtad propuesto por su partido.

“No es sobre el antecedente demográfico”, insiste, “el judaísmo es una religión, pero también una nacionalidad, un grupo étnico y un modo de vida. Nosotros los judíos entendemos que no hay disonancia entre lealtad al Estado y a la religión”. De cualquier forma, la ley ha sido criticada por la discriminación contra los ciudadanos palestinos.

Israel ha estado también bajo fuego por reiniciar la construcción de asentamientos en territorio palestino. “Cisjordania –Judea y Samaria– es la cuna de la civilización judía”, dice Ayalon. “El tema de los asentamientos sólo puede ser resuelto en negociaciones directas entre israelíes y palestinos.

“Los hemos esperado durante los dos últimos años. Sólo puedo concluir que los asentamientos son una excusa para no negociar”.

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