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Las perspectivas de Egipto de reanudar el contrato de dos mil millones de dólares por concepto de suministro de gas a Israel se redujo a cero el 3 de marzo, cuando el fiscal del Departamento de seguridad del Estado, Abdel Magid Mahmud, anunció que el presidente depuesto, Hosni Mubarak, sería convocado, la semana próxima, para ser interrogado sobre supuestos tratos corruptos por la venta a Israel de gas egipcio, a precios simbólicos.

Mahmud afirmó que había pruebas documentales de que Egipto perdió más de la mitad de mil millones en ventas de gas a Israel. Hay sospechas de que la diferencia se estaba repartiendo entre la familia Mubarak y los interlocutores israelíes y estadounidenses involucrados en la operación, contra quienes podría existir órdenes internacionales de detención.

El flujo de gas a Israel fue suspendido el 5 de febrero, durante la sublevación en Egipto, cuando Hamas hizo estallar el oleoducto que atraviesa el Sinaí. Fuentes confirman que los suministros no se renovarán hasta el final de la investigación, que podría durar años.

El gas egipcio asegura el 40% de las necesidades de electricidad de Israel. Mientras tanto, los precios mundiales del combustible se han disparado, e Israel se ha visto obligado a incurrir en gastos adicionales de cientos de millones de dólares al mes.