Martes 5 de abril, Salón Columnas Bet El: amigos, parientes y amantes de la literatura se reúnen para la presentación de “Premios Nobel Judíos” de Peter Katz, publicado por el CDI, gracias al patrocinio de la Fundación Metta Saade.

Peter Katz, nacido en Austria en 1930, ha sido galardonado con varias preseas, entre ellas el Arieh Dultzin y el Premio Instituto México Israel. Es un escritor maravilloso, un periodista prolífico, quien publica tanto en el diario Reforma como en la prensa comunitaria. Ha sido Presidente de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México (APEIM) y Presidente de Polémica y Café; camina a sus anchas en las oficinas de René Delgado y Jacobo Zabludovsky.

Pero Peter Katz es mucho más que eso. Peter es el niño quien, abrazado de su padre, fue testigo de la entrada de Hitler a la Heldeplatz de Viena. Peter fue parte del Kindertransport hacia Bélgica. Es el adolescente que se quedó solo después de la guerra y, aún así, rehizo una vida en México y logró ser un empresario exitoso.

Es el hombre que se mantuvo callado durante cincuenta años sobre los horrores presenciados, pero que, cuando habló, escribió un libro. Preside la Asociación de Sobreviviente del Holocausto y, para darle continuidad, creó la Segunda Generación de Sobrevivientes.

May Samra, moderadora del panel, lo describió así: “Peter Katz es culto, agradable, políglota y , a veces, tiene una sonrisa traviesa: un mensch en toda la extensión de la palabra”. “Premios Nobel Judíos” es su segundo libro; siendo el primero “Lej Lejá, Destino de una familia judía”. Sus próximos proyectos son un libro que recogerá las “Gotas de la Historia” y otro más acerca de “Científicos Judíos”.

Silvia Cherem, en una magnífica ponencia, narró las terribles vivencias del autor y cómo superó las pruebas de la vida : “Escribió su testimonio, abrió su corazón y ahora busca, con este nuevo libro, mostrar que la fuerza destructiva no aniquila el genio judío”. “El judío quiere vivir, aporta y goza con la vida, despliega su fuerza creativa y su talento, no sucumbe a la mitología destructiva con la que algunos, colmados de odio y fuerza aniquiladora, han deseado exterminarnos como pueblo”.

A su vez, Esther Shabot, quien escribió el prólogo comentó: “El judío ha mamado aquello que ella llama “la santidad de la vida”, un impulso de crecimiento que apela a beneficiar a la humanidad”. El Dr Alfred Langle, Embajador de Austria en México y amigo de Peter , elogió la obra, reconociendo que “el hecho que el número de Premios Nobel judíos es cuarenta veces mayor que la que proporcionalmente le correspondería… es verdaderamente una razón para admirar y honrar aún más al pueblo judío; por su inteligencia, fantasía, creatividad empeño, disciplina y perseverancia, cualidades humanas sin las cuales no habría sido posible la realización de tales hazañas”.

Y concluyó con estas palabras: “Como austriaco y como Embajador de Austria, lamento profundamente lo ocurrido a manos tanto de austriacos como de alemanes a nuestros conciudadanos judíos”. “El Holocausto … es el peor y más infame crimen cometido en la historia de la Humanidad”.