Shulamit  Goldsmit comenta nuestra comunidad HOY

Salvemos al idish

Los judíos mexicanos, a principios del siglo XXI, estamos enfrentando nuevas situaciones, nuevos retos, nuevas circunstancias.

Por ello, Shulamit Goldsmit realizará, en Enlace Judío, una serie de programas donde  hablará de algunos tremas que son importantes para la vida judía de hoy, ,de nuestra Comunidad.

En esta ocasión quiero hablar de una preocupación que en mi caso- y en el de muchas personas-está en el centro de la vida judía, no solamente en México sino en diferentes partes del mundo: se trata de los últimos estertores que percibimos del idioma idish. Cuando digo últimos estertores  lo digo con gran pesar porque hemos sido muchos, a través de la últimas décadas, que hemos buscado darle vida a este idioma que parece agonizar .

Quienes queremos a este idioma y sabemos la importancia que ha tenido en la vida judía del mundo askenazi, nos preocupamos e intentamos insuflarle vida.

Acabamos de experimentar el cierre del Nuevo Colegio Israelita, la Naye, que era como el baluarte donde se mantenía vivo el idish, donde era una materia importante. El colegio cierra sus puertas por múltiples razones, algunas válidas y -en mi opinión- otras no válidas: se lleva de paso esta vida, estos estertores últimos, que se le daban al idish.

¿Por qué es tan importante el idish para la vida judía?

Es cierto que hoy tenemos un idioma mucho más antiguo, nuestro idioma ancestral, el hebreo, que ha acompañado a los judíos a través de toda su historia. No podemos olvidar que el hebreo fue, durante muchísimos siglos, el idioma sagrado, el idioma que era únicamente valido y útil para las plegaria, para comunicarse con Dios, para rezar en la sinagoga .

Sin embargo, para la Comunidad- o las comunidades askenazíes en Europa-durante un milenio, fue el  idish el idioma que los acompañó. Cuando digo los acompañó, me refiero a que estuvo presente en su vida cotidiana, en su vida  filosófica, en su vida literaria. Cientos de libros de literatura de grandes escritores como es Sholem Aleijem, Sholem Ash o Peretz, por nombrar sólo los más conocidos, lo comprueban, y hay muchísimos más a través de todo este milenio.

Pero no sólo estuvo en la vida literaria, sino también en la vida filosófica e ideológica: ¡Cuántos textos relativos al sionismo, que nace en Europa, están escritos en idish! ¿ Quién iba a decir que este idioma que propagó las ideas del sionismo iba a ser desbancado por el idioma sionista del pueblo de Israel, del Estado de Israel? En fin, hoy nos encontramos en el momento en que el idish deja de ser un idioma cotidiano.

Eso no es de hoy; como todo proceso histórico, ya se viene sucediendo a través de las últimas décadas y agravándose día con día, minuto con minuto. Sin embargo, habemos muchos que queremos mantener el idish con vida.

Mas no sólo en los libreros: obviamente el idish como idioma culto no va a desaparecer: centenares de libros están allí para demostrar la importancia del idish: no queremos un idioma muerto, un latín, un idioma de biblioteca, queremos un idioma con vida.

Ahora que la Naye, uno de los últimos baluartes de este idioma, ha cerrado sus puertas, las profesoras de idish, estas personas que se han dedicado a cultivar y a transmitirlo, se encuentran desprovistas de su trabajo cotidiano.

Por lo tanto, quienes sí amamos al idish, quienes nos damos cuenta de su valor como cultura, como filosofía, como poesía, como la lengua en la que se pueden decir cosas que quizás en otra lengua no se pueden decir …Y¿ por qué esta aseveración? Porque yo amo el idish ? ¡No! Porque a través de su deambular, este idioma fue adaptando y adoptando una infinidad de sujetos, de exclamaciones, de sentimientos que parece que solo en idish se pueden expresar.

Hagamos, pues, un esfuerzo por mantener, en nuestra Comunidad el idish con vida.