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La rama siria de los Hermanos Musulmanes ha hecho un llamamiento a la población para que salga a las calles este viernes después de la oración, en señal de protesta contra el régimen y apoyo a los opositores de la ciudad de Dera, donde las manifestaciones han sido fuertemente reprimidas por las fuerzas de seguridad del régimen.
Esta es la primera vez desde los años 80 que la Hermandad hace un llamamiento público a una manifestación en Siria, donde la militancia en este grupo está penada con la pena de muerte.
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El llamamiento lo han hecho mediante una declaración que ha enviado a Reuters su liderazgo en el exilio:. “No dejen que el asedio régimen de sus compatriotas canto con una sola voz por la libertad y la dignidad.
No permita que el tirano les esclavice. Alá es el más Grande”, dice el comunicado.
La Hermandad ha desmentido las acusaciones de las autoridades que acusaban a militantes islámicos de estar detrás de los disturbios y aseguran que estas declaraciones están destinadas a fomentar la guerra civil y socavar las demandas de libertades políticas, informa Retuers.
El comunicado también pide el apoyo para la población de la ciudad de Dera, donde según el Observatorio sirio de los Derechos Humanos, el ataque en Dera de las fuerzas del régimen mató al menos a 50 civiles.
Desde que se inciaran las protestas, las fuerzas de seguridad sirias habrían causado la muerte a al menos 500 civiles en la represión de las manifestaciones políticas , según la organización de derechos humanos Sawasiah.
La lucha del régimen contra la Hermandad
El comunicado es extremadamente inusual, debido a la clandestinidad con la que opera la rama siria de los Hermanos Musulmanes (una organización islamista de orígen egipcio) en el país árabe desde los años 80.
Desde 1976 hasta 1982, la Hermandad lideró un levantamiento de grupos islamistas contra el régimen controlado por el partido Baath, controlado por el entonces lider Hafez al Asad. Los combates fueron especialmente intensos en Alepo, Hama y Homs, el llamado cinturón suní sirio.
El régimen de Hafez al Asad aplastó ese levantamiento con el bombardeo de Hama en 1982 que causó entre 10.000 y 20.000 muertos, y persiguió a las organizaciones islamistas. Desde entonces, la legislación castiga con la muerte la militancia en la organización.
