EL CLARIN

La vida del terrorista más buscado y detestado tuvo el final de una película de Hollywood. A las 22:30 del domingo, en medio de la noche, tres helicópteros Chinook de la Marina norteamericana con 24 agazapados Navy Seals a bordo surcaron el cielo paquistaní hasta una misteriosa mansión, enclavada en una zona residencial a menos de 100 de kilómetros de Islamabad. Su objetivo: “Matar a Osama Bin Laden”. Del otro lado del planeta, en la Casa Blanca, la cúpula de la Seguridad Nacional de EE.UU. seguía, los nervios en llamas, el “operativo quirúrgico”.

“Fue probablemente uno de los momentos de mayor ansiedad de todos los tiempos. Los minutos pasaban como días”, confesó el asesor de contraterrorismo de la Casa Blanca, John Brennan.

Los Seals equipados con lentes de visión nocturna descendieron de los helicópteros con sogas hasta la casona. Y se desató el infierno.

Mientras los tiros agitaban la noche, la fuerza aérea paquistaní puso en marcha a los tropezones y sorprendida sus propios jets para responder ante un operativo militar del cual jamás fue informada, sino hasta su culminación.

“No tenían idea de quiénes eran los que estaban allí, si gente de Estados Unidos o alguien más. Así que estábamos atentos a que nuestros hombres y naves pudieran salir del espacio aéreo paquistaní, y afortunadamente no hubo enfrentamientos con las fuerzas paquistaníes”, admitió Brennan.

El tiroteo al interior de la casona fue “feroz”. Bin Laden tomó a un mujer como escudo humano y disparó, pero fue abatido de dos tiros. Uno en la cabeza le entró por un ojo, y el otro fue en el pecho. Murió hacia el final del operativo, que duró 40 minutos. Su resistencia, dijeron en Washington, impidió que fuera capturado con vida.

Otras tres personas fueron abatidas. Uno de ellos sería su hijo y los otros dos, mensajeros del terrorista. La Casa Blanca prohibió dar más datos.

Una mujer, supuestamente una de las esposas del terrorista saudita acusado de ser el responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas en Nueva York, y el Pentágono, identificó el cuerpo. Bin Laden estaba muerto.

En Washington, eran las 8 y media de la noche. Y el presidente Barack Obama preparaba su discurso a la nación y disfrutaba la victoria política. Habían pasado casi dos días desde que el viernes a las 8.20 de la mañana había dado la orden de llevar adelante el operativo.

“El mundo es un lugar mejor porque Osama bin Laden está muerto”, celebró ayer en la Casa Blanca mientras condecoraba con la medalla de honor a dos soldados caídos en la Guerra de Corea.

La versión estadounidense de los hechos con un grand finale para una cacería que llevó años, estimulada por una recompensa de 25 millones de dólares (que nadie cobrará) tiene sin embargo un marco de duda. ¿ Por qué no se mostró a la opinión pública mundial el cadáver de Osama bin Laden ? En la madrugada de ayer circuló una foto que resultó ser trucada, que llegó a ser publicada por Clarín en su segunda edición (ver pág.6). Y rápidamente salió de circulación. Luego se informó que la identidad de Bin Laden fue confirmada comparando muestras de su ADN con unas tomadas del cerebro de su hermana. El FBI se hizo con la custodia del cuerpo de la hermana del líder de Al Qaeda , cuyo nombre no se ha revelado, cuando ésta murió de cáncer cerebral hace unos años en Boston, para que, en el caso de que EE.UU. capturara a Bin Laden, pudieran identificarlo.

El cadáver del terrorista fue en menos de 24 horas “sepultado” con un lastre en el fondo del océano tras recibir un rito islámico, en el portaaviones Carl-Vinson, en el mar Arábigo. Punto final.

Pero la saga había empezado cuatro años antes, en la prisión militar de Guantánamo. Allí, según The New York Times , detenidos delataron el seudónimo de uno de los hombres más cercanos de Bin Laden, su mensajero, un protegido de Sheikh Mohammed, el cerebro de los ataques del 11-S. Su nombre no fue revelado a los medios. Los agentes de la CIA tardaron dos años en dar con este hombre. Lo encontraron en Pakistán, en la ciudad de Abbottabad, a una hora de auto de Islamabad, en una residencia ocho veces más grande que el resto de las casas de la zona y a cien metros de una academia militar de la armada paquistaní.

La casa de tres pisos – rodeada de muros de más de tres metros, alambres de púa, acceso restringido, casi sin ventanas, apenas dos puertas de entrada, sin internet ni teléfono – está al final de un angosto camino de tierra. Fue construida en 2005 y está valorada en un millón de dólares. El lugar era altamente sospechoso. El análisis de la información de espionaje llegó a la conclusión de que era un “complejo construido para ocultar a alguien de importancia”.

No estaban equivocados. En agosto pasado, la inteligencia norteamericana descubrió que allí se escondía el hombre más buscado del mundo.

Desde entonces, Obama mantuvo unas nueve reuniones con los titulares de la Seguridad Nacional, quienes a su vez se reunieron otras cinco veces, entre el 14 de marzo y el 28 de abril, (sin el mandatario) para analizar el operativo. Sus segundos, otras 7.

Con suficiente información en el bolsillo, el viernes a las 8.20 de la mañana Obama dio la orden de partida. El domingo temprano se fue a jugar al golf en la base Andrews, mientras sus asesores preparaban los últimos detalles.

Obama fue informado sobre los avances el domingo en cuatro oportunidades entre las 2 y las 7 de la tarde. Finalmente a las 8.30 de la noche recibió el último informe. Antes de dirigirse al país por cadena nacional, notificó de la gran novedad a sus antecesores Bill Clinton y George W. Bush.

La muerte de Bin Laden ocurre apenas unos meses antes del décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre, y ciertamente allana el camino a la reelección de Barack Obama, el año que viene.

EEl Departamento de Estado puso en alerta a las embajadas de EE.UU. y advirtió a sus ciudadanos en el extranjero sobre posibles ataques por represalias de Al Qaeda. Ayer, en la mansión de Abbottabad, quedaban apenas los restos de la balacera y rastros de sangre, en un lugar tomado por las fuerzas de seguridad paquistaníes, que llegaron en masa al sector.

“Era un área pacífica y una atracción para turistas, pero nuestra vida cotidiana se ha visto afectada por esto. No queremos terroristas aquí”, se lamentaba ayer Sherz Khan, un vendedor local.

Frases

Presidente Barack Obama: “ Creo que todos estaremos de acuerdo en que éste es un buen día para los Estados Unidos. Nuestro país mantuvo su compromiso de que se hiciera justicia (…) El mundo es más seguro, es un mejor lugar porque ha muerto Osama bin Laden”.