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En una entrevista con la CNN, el primer ministro israelí dijo que Ayatollah Ali Khamenei maneja efectivamente a Irán y advirtió que si la República Musulmana “adquiere bombas nucleares, eso cambiará la historia”.

El líder supremo iraní, Ayatollah Ali Khamenei, es la mayora amenaza a nivel mundial luego de la muerte de Osama Bin Laden, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una entrevista con la CNN hoy.

Netanyahu dijo que Khamenei es una mayor amenaza que el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, y dijo que el líder supremo “maneja el país y está infundido con fanatismo”.

“Si el régimen iraní tiene bombas atómicas, cambiará la historia”, dijo el premier, y agregó que “el futuro del mundo, de Medio Oriente, está claramente en peligro”.

Netanyahu también pidió un incremento de las sanciones internacionales sobre el régimen iraní sobre sus sospechas de ambiciones nucleares, y dijo que aquellas sanciones podrían funcionar si la comunidad internacional deja en claro que hay una opción militar creíble si las sanciones no ayudan”.

En referencia a los recientes levantamientos que se están llevando a cabo en todo Medio Oriente, el premier admitió que las revoluciones árabes podrían ser “secuestradas” por extremistas, y agregó que mientras que a Israel “le gustaría ver el triunfo de la democracia, algo que la paz garantizará”, el espectro del extremismo islámico está presente.

“La mayor amenaza es la posibilidad de que un régimen islámico militante tenga armas nucleares, o que las armas nucleares adquieran a un régimen militante islámico”, dijo el primer ministro.

Los comentarios del premier se hicieron un día después de que le dijeron al primer ministro británico, David Cameron, que Israel no negociará con “una versión palestina de Al-Qaeda”, en referencia al nuevo pacto de unidad firmado por Hamas y Fatha. “Declarar un estado en septiembre es dictaminar, y no se alcanza la paz a través de dictámenes. Es una mala idea”, le dijo Netanyahu a Cameron en sus charlas en Londres.

El viaje europeo de dos días de Netanyahu, planeado antes de la reconciliación entre Hamas y Fatah, tenía inicialmente la intención de continuar con los esfuerzos de desarticular el esperado reconocimiento europeo de un estado palestino declarado de manera unilateral.