MARIO NUDELSTEJER

El 4 de junio, en la reunión mensual de APEIM ( Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México) se debatió el tema “Los límites de la libertad de expresión en la Prensa Comunitaria”. Este coloquio, dirigido por May Samra, Presidenta de la APEIM, y moderado por Jacobo Contente, Presidente Honorario de la misma,  se realizó a través de interesantes ponencias, leídas por varios de los miembros de esta Asociación. Aquí presentamos una de estas ponencias

Los Medios de la Comunidad
Al conformarse el sistema organizativo de la Comunidad Judía de México, se crearon varios Medios que facilitaban la comunicación social y sus tendencias eran tan disímbolas como diferencias nacionales caracterizaban a los inmigrantes, ya sea del Oriente Medio o de Europa, al grado que entre éstos también existieron hasta finales del siglo pasado dos o tres periódicos redactados en Yidish, que cubrían a los integrantes del Sector Ashkenazí.

Corresponsabilidad y Disciplina
La particularidad de una minoría, como la que representa la Comunidad Judía de México, lleva consigo responsabilidades y disciplinas que son intrínsecas a lo que significan sus creencias y cohesión social: me refiero a que existen temas muy particulares que nosotros mismos cuidamos de no ventilarlos en público abiertamente. En este sentido, al mismo tiempo se han creado estructuras tendientes a dirimir controversias de manera endogámica, mismas que finalmente también reciben reconocimiento jurídico de las autoridades del país, como antecedente probatorio en los juicios que llegan a trascender al sistema judicial abierto.

Esa misma situación, independientemente del aspecto parcialmente negativo que tiene en referencia a nuestros Medios muy particulares, que mantienen comunicada a nuestra sin-igual colectividad, han derivado en excesos que son aprovechados por algunas personas y también por algunas instituciones de la estructura social.

Muchas veces hemos constatado la negativa que se erige en estos Medios a la discusión de temas tan variados e importantes que se circunscriben, por ejemplo, a las diferencias en la práctica religiosa, o bien en cuanto a las diferencias entre Sectores, o también ante controversias de carácter ideológico y sionista, o en cuanto surgen diferencias personales o comerciales entre miembros de la comunidad. Sencillamente, estos Medios no se involucran en las dificultades obvias que surgen, parcial y supuestamente siendo congruentes con la disciplina comunitaria que impera de forma tácita.

Libertad de expresión acotada
Tal vez el medio, que necesariamente influye en la conformación de la sociedad, es el que define la actuación de la propia Comunidad. Y en lo que aquí abordo, la actitud es congruente con lo que ocurría en los Medios Nacionales, ejemplificado por aquel logotipo de aparatos de radio: presentaba a un perrito atento al sonido que salía de la bocina de un viejo tocadiscos y esta imagen tenía una frase que describía: “La voz de su amo”. Muchas décadas el gobierno de México era quien, a través de Productora e Importadora de Papel (PIPSA), surtía de papel para periódico y, cuando el Medio se pasaba del límite de la “libertad de prensa… controlada” le dejaba de proveer la materia prima esencial para salir a la calle.

Otro medio de control, cuando se desechó por incosteable a PIPSA, ha sido la presión que significa la publicidad, misma que en mayor medida proveniente del gobierno, hace posible la subsistencia de muchos Medios, no solo escritos sino también electrónicos.

Y me pregunto: ¿Hay alguna similitud con lo que ocurre internamente en nuestra colectividad? Ya que en gran medida muchos de los medios son no sólo subvencionados por los Sectores, sino que son medios integrados a ellos.

Hay, sin embargo, dos o tres Medios independientes, que sufren por su subsistencia. Algunos, como la insigne Prensa Israelita, que llegó a venderse en puestos de periódico en lo que entonces era la ciudad de México que comprendía lo que es hoy el Centro Histórico, siempre subsisten apenas con la publicidad y han desaparecido, pero rara vez dan cabida a discusiones o la solución de controversias de diferente índole en sus páginas.

¿Por qué no se han hecho exigencias para conocer la real situación de nuestra comunidad?, pues hay un decrecimiento demográfico (de por sí éramos pocos) y esta circunstancia deberá enfrentarnos a problemáticas que no hemos proyectado cómo resolverlas. ¡Y la confianza en el centralismo es la respuesta, para situarnos en la comodidad de la inconciencia!

Todo lo ya descrito, es solo para abrir boca, a manera de aperitivo en lo que corresponde a la realidad de la Los límites de la Libertad de Prensa comunitaria, que es el tema a discutir en esta importante reunión de la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México (APEIM), que honra a quienes en ella participamos.


EL 7 de junio es el Día de la Libertad de Prensa en México. A nivel internacional, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a iniciativa de los países miembros de la Unesco, proclamó en 1993, el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa, con la idea de “fomentar la libertad de prensa en el mundo al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática”.

Cada año la UNESCO conmemora esta fecha, rindiendo tributo de esta manera a los numerosos periodistas alrededor del mundo que por decisión profesional ponen en peligro sus vidas en el esfuerzo de informar a sus sociedades y de promover el libre flujo de la información.

La UNESCO convoca cada 3 de mayo a todos los países miembros y a sus sociedades a reflexionar sobre la libertad de prensa y los diversos tópicos que atañen a los temas del periodismo, la información y la comunicación.

Entre los asuntos que han sido debatidos en años anteriores se encuentran: “Los medios de comunicación y los conflictos armados”, “Cobertura de guerra contra el terrorismo mundial”, “Los medios de difusión como impulsores del cambio”, “Medios de comunicación y buen gobierno”, “¿Quién decide cuánto se informa?” y “Combatiendo el racismo y promoviendo la diversidad: el papel de la prensa libre”.

Dichos actos se desarrollan los días 3 y 4 de mayo en algún país del mundo, son convocados y organizados por la Unesco y el país anfitrión, se inauguran con el mensaje del Director General de Naciones Unidas y son presididos por el Director General de la UNESCO y el Presidente del país sede.

Dichos actos han sido realizados en los siguientes países:
2011: Washington D. C., Estados Unidos -“Medios de comunicación del siglo XXI: nuevas fronteras, nuevas barreras”.
2010: Brisbane, Australia – “Libertad de información: el derecho a saber”.
2009: Doha, Qatar – “Diálogo, entendimiento mutuo y reconciliación”.
2008: Maputo, Mozambique – “Celebrando los principios fundamentales de la libertad de prensa”.
2007: Medellín, Colombia – “Las Naciones Unidas y la libertad de prensa”.
2006: Colombo, Sri Lanka – “Los medios de difusión como impulsores del cambio”.
2005: Dakar, Senegal – “Medios de comunicación y buen gobierno”.
2004: Belgrado, Serbia – “¿Quién decide cuánto se informa?”.
2003: Kingston, Jamaica – “Los Medios de Comunicación y los Conflictos Armados”.
2002: Manila, Filipinas – “Cobertura de la Guerra contra el Terrorismo Mundial”.
2001: Windhoek, Namibia – “Combatiendo el Racismo y promoviendo la diversidad: el papel de la prensa libre”.
2000: Ginebra, Suiza – “Reporting the News in a Dangerous World: the role of the media in conflict settlement, reconciliation and peace-building”. en inglés
1999: Bogotá, Colombia – “Turbulent Eras: Generational Perspectives on Freedom of the Press”.
1998: Londres, Reino Unido – “Press Freedom is a Cornerstone of Human Rights”.

Nótese que en México nunca se ha llevado a cabo esta reunión mundial.
El 20 de diciembre de 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 48/432 declaró Día Mundial de la Libertad de Prensa el 3 de mayo, aniversario de la Declaración de Windhoek.

El Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco – Guillermo Cano es uno de los premios más prestigiosos en el campo del periodismo. Fue creado por la Unesco en 1997, distinguiendo a una persona, organización o institución que ha hecho una contribución sobresaliente a la defensa o promoción de la libertad de prensa en cualquier lugar del mundo, especialmente si tal contribución ha sido realizada en condiciones de peligro.

El premio, dotado con 25.000 dólares estadounidenses, se entrega cada año con ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de mayo. Recibe su nombre en honor de Guillermo Cano Isaza, el director del diario colombiano El Espectador, asesinado el 17 de diciembre de 1986 en Bogotá por sicarios del narcotráfico. Cano era un implacable crítico del poder de los señores de la droga colombianos y de su infiltración en el sistema político.

Cada año, un jurado independiente compuesto por 14 profesionales del periodismo, seleccionados por el Director General de la Unesco, elige a un ganador de entre las diversas candidaturas propuestas por las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el campo de la libertad de prensa, y por los Estados miembros de la Unesco.

Año
Premiado
Nacionalidad
1997 Gao Yu China
1998 Christina Anyanwu Nigeria
1999 Jesús Blancornelas México
2000 Nizar Nayyouf Siria
2001 U Win Tin Birmania
2002 Geoffrey Nyarota Zimbabue
2003 Amira Hass Israel
2004 Raúl Rivero Cuba
2005 Cheng Yizhong China
2006 May Chidiac Líbano
2007 Anna Politkóvskaya Rusia
2008 Lydia Cacho Ribeiro México
2009 Lasantha Wickrematunge Sri Lanka
2010 Mónica González Mujica Chile
2011 Ahmad Zeidabadi Irán