IRENE SAVIO/REFORMA

El número de refugiados sirios que han llegado a Turquía pasó de mil a casi 5 mil en los últimos tres días luego de que el Presidente de Siria, Bashar al-Assad, endureciera la represión en el norte del país a casi tres meses del inicio de las protestas contra el régimen.

El Premier turco, Recep Tayyip Erdogan, manifestó ayer su preocupación por el creciente número de desplazados que están llegando a su país provenientes de la zona noroccidental de Siria, donde desde hace días tanques y helicópteros del Gobierno realizan operaciones de represión contra civiles.

“La situación es muy preocupante (…) Estamos haciendo todo lo posible para evitar lo sucedido durante el régimen de Sadam (Hussein) en Irak. Hemos abierto nuestras fronteras a los refugiados, pero las operaciones se harán de forma controlada”, dijo.

Erdogan se refería a la Guerra del Golfo de 1991, cuando miles de refugiados murieron antes de que las autoridades turcas les pudiesen brindar ayuda, una situación que Ankara quiere evitar ahora.

Según el último balance, 4 mil 600 personas, el 90 por ciento de ellas niños, mujeres y ancianos, han llegado a Turquía en busca de ayuda.

En previsión de que la cantidad de desplazados aumente, el Gobierno turco informó que en la localidad de Yayladagi ha sido instalado un campamento humanitario con capacidad para alojar a 10 mil personas.

Y es que Erdogan, que en el pasado llegó a calificar de “amigo” al Gobierno de Al-Assad y que lidera al único Estado musulmán dentro de la OTAN, dio en la semana un giro a su relación con Damasco al denunciar la brutalidad de las tropas sirias.

“He visto fotos de soldados que posan de manera obscena delante de una mujer muerta. Esa clase de imágenes no hay quien las digiera”, dijo el jueves en una entrevista al diario turco Zaman.

La represión del régimen de Al-Assad se intensificó en los últimos días en Yisr al Shugur, ciudad situada a unos 20 kilómetros de Turquía, luego de que la semana pasada se registraran, según las autoridades sirias, ataques de grupos prodemocráticos que provocaron la muerte de 120 policías.

La versión de los rebeldes, quienes piden la dimisión del Mandatario desde el pasado 15 de marzo, es que los agentes fueron asesinados por colegas suyos mientras intentaban desobedecer las órdenes del líder sirio, cuya familia gobierna desde hace más de 40 años.

En cualquier caso, videos difundidos ayer en internet mostraban imágenes dramáticas donde se veían helicópteros y soldados disparando a quemarropa contra la población civil.

Asimismo, son cada vez más los relatos de cómo las fuerzas militares sirias bombardean las aldeas alrededor de Yisr al Shugur, a la vez que continúan los enfrentamientos en Damasco y otras ciudades.

Según Human Rights Watch, unas 32 personas murieron tan sólo el viernes, y se sumaron así a los más de mil 100 muertos y 10 mil arrestados que se han producido desde el inicio de las manifestaciones.

Ayer, Estados Unidos pidió al Gobierno sirio que permita el acceso de ayuda humanitaria, al tiempo que la Unión Europea (UE) mostró su preocupación.

Empero, Rusia y China boicotearon una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en la que se discutiría una resolución que condenaría la sangrienta represión en la nación árabe.