YOSSI ALPHER, COLETTE, SHLOMO GAZIT Y MARK HELLER/ISRAEL-PALESTINE CENTER FOR RESEARCH AND INFORMATION Y NEW YORK TIMES

24 de Junio 2011  – En lugar de perder tiempo y energía para revivir a un moribundo proceso de paz israelí-palestino, los Estados Unidos y la Unión Europea deberían mirar con otros ojos  la iniciativa palestina de buscar el reconocimiento de las Naciones Unidas en septiembre.  Lo que se está describiendo en algunos lugares como una receta para una nueva confrontación y lucha, podría convertirse en una situación de ganar-ganar para los israelíes, palestinos y el resto de mundo.

Los palestinos bajo la dirección de Mahmoud Abbas quieren que Naciones Unidas les reconozcan un Estado soberano basado en las fronteras de 1967, con Jerusalén del Este como su capital.  Eso es todo.  No están solicitando a la ONU que resuelva el tema de los refugiados, o el derecho de retorno de los palestinos, o que determinen quién tiene derecho sobre el Monte del Templo en Jerusalén.   Están optando por convertir un conflicto que no progresa, entre un Estado y un movimiento de liberación, en un conflicto con parámetros manejables entre dos Estados.

¿Por qué no ofrecerles a los palestinos lo que desean, pero agregar elementos que podrían convertir la resolución en algo aceptable para la mayoría de los israelíes?

Israel quiere que se le acepte como un Estado Judío con su capital en Jerusalem.  Necesita garantías sobre su naturaleza y prioridades para llevar a cabo las negociaciones futuras, en las cuales los temas verdaderamente intratables se pospongan para una segunda etapa.  Requiere de acuerdos sólidos en torno a la seguridad y de acuerdos con relación al liderazgo de Hamas en Gaza. Requiere de un incentivo viable del mundo árabe, que desde hace tiempo ha ofrecido recompensar a Israel si éste avanza con los palestinos.

A continuación algunos de los componentes de una posible resolución “ganar-ganar” en Naciones Unidas sobre el Estado Palestino:

  • Reafirmar el apoyo a una solución del conflicto israelí-palestino sobre la base de dos Estados para dos pueblos, y el derecho a la autodeterminación de los judíos y palestinos, sin perjuicio a los derechos de todos los ciudadanos y grupos minoritarios.  Recordar en este contexto que en la resolución 181 de 1947, la Asamblea General de la ONU llamó al establecimiento de un Estado judío y un Estado árabe.
  • Reconocer las reformas institucionales y de seguridad, el desarrollo económico y los esfuerzos de construcción del Estado – especialmente en Cisjordania, bajo el liderazgo del Presidente Abbas y el Primer Ministro Salam Fayyad, que han contribuido a establecer los cimientos del Estado palestino – y adoptar la postura articulada por el Banco Mundial y la ONU de que la Autoridad Palestina está “bien posicionada para el establecimiento de un Estado en cualquier momento en un futuro cercano”.
  • En consecuencia, apoyar el establecimiento de un Estado palestino independiente y soberano sobre la base de las fronteras de 1967 con su capital en Jerusalén Oriental, con acuerdos de intercambio de territorios mutuamente aceptados, y modificaciones sujetas a negociación. Un Estado que pueda convivir como vecino de Israel en paz y  seguridad.
  • Reconocer que extender la autoridad de un Estado palestino a la Franja de Gaza dependerá del control efectivo que exista en esa región por parte de un gobierno palestino legítimo que ejerza autoridad en Cisjordania, que esté comprometido con los principios del Cuarteto y de la Iniciativa de Paz Árabe, y que reconozca los compromisos de la Organización de la Liberación Palestina.
  • Llamar a que ambos Estados se involucren en negociaciones de buena fe sobre la base de esta y otras resoluciones y acuerdos relevantes para resolver los temas pendientes entre ambos, empezando por las líneas de la frontera, asentamientos, agua y acuerdos de seguridad.  Específicamente, los acuerdos de seguridad – incluyendo las garantías internacionales, regionales y bilaterales – deberán confrontar y neutralizar amenazas y permitir el retiro en etapas de las fuerzas militares de Israel del  Estado palestino desmilitarizado, con una fuerza de seguridad interna efectiva que no comprometa la seguridad de Israel.

Es importante hacer notar la Iniciativa de Paz Árabe propuesta por la Liga Árabe en el 2002, haciendo un llamado a los Estados regionales a apoyar la creación de una atmósfera que conduzca a la negociación y acuerdos, incluyendo la intensificación de los esfuerzos para avanzar en la coexistencia y normalización de las relaciones entre la Liga Árabe e Israel.

Este enfoque atrevido de apoyo a la iniciativa palestina no va a resolver el conflicto, pero lo podría hacer mucho más manejable.

Yossi Alpher coedita bitterlemons.net y fue director del Jaffee Center de la Universidad de Tel Aviv. Colette Avital fue embajadora y vocero del Parlamento israelí y es la secretaria general del Partido Laborista Israelí. El General Shlomo Gazit fue coordinador militar en los Territorios Ocupados y jefe de Inteligencia Militar. Mark Heller es investigador asociado en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv.

Traducción: Roberto Sonabend y Esther Shabot