LEÓN OPALÍN

Nabil Chaat dirigente del movimiento El Fatah, el partido del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, declaró al final de junio pasado que ciento quince países habían reconocido oficialmente al Estado Palestino, el cual diferentes grupos palestinos pedirán su creación en la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre próximo; de acuerdo a la Autoridad Palestina la solicitud de reconocimiento en la Asamblea sería con base a las fronteras existentes entre Israel y sus vecinos en junio de 1967. Por su parte Mahmud Abbas ha consignado que “si Israel, EUA y Europa no quieren que los palestinos busquen el reconocimiento unilateral en las Naciones Unidas, entonces deben presentar una alternativa”, la cual puede interpretarse como que Israel a través de negociaciones con los palestinos acepte regresar a las fronteras de 1967, con Jerusalem del Este como la capital palestina; que Israel esté de acuerdo que el Estado Palestino tenga un Ejército y que Israel reciba a los refugiados que salieron de la región con la creación del Estado Judío en 1948, principalmente.

En el contexto de la creación del Estado Palestino, sorprende que el primer ministro de Inglaterra, David Camerón (DC) consignará que “a menos que Israel se comprometa a un proceso de paz significativo con la Autoridad Palestina, lo más posible es que Gran Bretaña apruebe el Estado Palestino que busca el reconocimiento de las Naciones Unidas en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas”. La expresión de DC, cabeza de una de las principales potencias del mundo, no constituye un hecho trivial, y si preocupante, porque revive la Judeofobia de los Ingleses. Cabe recordar que como potencia colonial, Inglaterra ocupaba territorios del Medio Oriente durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, entre ellos lo que hoy día es Israel, y se oponía a la colonización emprendida por los judíos en su tierra ancestral, de aquí que cerró el paso a la entrada de barcos repletos de judíos sobrevivientes del Holocausto, mismos que se vieron obligados a regresar a morir en los campos de concentración creados por los nazis en Europa. Asimismo, los ingleses alentaron a los árabes a atacar y masacrar a los colonos judío establecidos en todo el país.

En este ámbito, destacan los antecedentes del “barbarismo” colonial inglés desde los territorios de lo que hoy es EUA y Canadá; igualmente, durante un largo tiempo tuvieron una guerra no declarada con los irlandeses (del Sur) hasta que después de prolongados y arduas negociaciones firmaron la paz con estos últimos en abril de 1998. El beligerante carácter inglés también ha quedado de manifiesto con la participación de tropas inglesas en las aventuras militares de EUA en Irak y Afganistán.

En este marco, la activista Melane Phillips (MP) en una carta abierta reprocha a DC su apoyo a la autoridad Palestina y le pide que insista ante Mahmud Abbas para que este “se comprometa en un proceso de paz relevante, renunciando de forma inequívoca a sus repetidas difamaciones de que su pueblo nunca aceptará a Israel como un Estado Judío”. También MP le reclama a DC su respaldo al Estado Palestino en el que de acuerdo a Mahmud Abbas a ningún judío se le permitiría vivir. MP le pide a DC aclare por que el gobierno británico ha dado la bienvenida a la alianza celebrada entre el movimiento terrorista de Hamas y el Fatah ¿acaso este hecho puede ayudar a la Paz?; la posición del gobierno inglés resulta contradictoria, por que públicamente ha considerado a Hamas como una organización terrorista.

MP le refiere a DC que la inestabilidad existente en el Medio Oriente no se debe a la ausencia de un Estado Palestino, el problema deriva de que los árabes quieren destruir al Estado de Israel, por lo tanto, la solución es detenerlos para que dejen de tratar de hacerlo. Israel no puede negociar con condiciones que significan su propia destrucción. A través de negociaciones con palestinos Israel precisa que estos últimos le acepten como un Estado Judío y paulatinamente los llamados movimientos de liberación de palestina y los Estados Árabes también estén de acuerdo. La mayor parte de los ciudadanos israelíes ahora están preparados para aceptar la resolución 181 de las Naciones Unidas de 1948 para el establecimiento de un Estado Judío y un Estado Árabe.

La paz en el Medio Oriente no sólo depende de Israel y los palestinos, es importante que la comunidad internacional acepte la reanudación de pláticas de Paz entre ambos, sin condiciones previas; igualmente se rompa el creciente aislamiento del que está siendo objeto Israel; las pretensiones de Mahmud Abbas de que se reconozca al Estado Palestino unilateralmente, determina una política de confrontación peligrosa.