JORGE MARIRRODRIGA/LA FUSIÓN BLOGSPOT.COM

Hubo un tiempo en que en las escuelas de España se enseñaba Filosofía. Dicen que no sirve para nada, pero mira por donde hay veces que se puede aplicar. Un servidor todavía recuerda lo que era un silogismo: a partir de dos premisas se llega a una conclusión. Y a veces sucede que el razonamiento deductivo es falso y aunque las dos premisas sean verdaderas la conclusión es falsa. Ejemplo: los cocodrilos tienen dos ojos, yo tengo dos ojos, yo soy un cocodrilo.

Los periodistas nos hemos lanzado a airear un informe de Naciones Unidas elaborado en Abril donde se sostiene que el desempleo en la Franja de Gaza es del 45,2%, uno de los más altos del mundo. El informe habla del “bloqueo israelí”. Y a nosotros nos ha faltado tiempo para ligar las dos cosas. La culpa es del “bloqueo”. La culpa es de Israel. Y tan contentos.

El informe, cuyo resumen en inglés consta de ocho páginas, también dice que se ha producido un aumento neto de empleo en sectores como construcción, transportes y comunicaciones. Y con referencia a la segunda mitad de 2009 ha habido aumentos netos en agricultura, comunicación y transportes. Pero esto no interesa. No vayamos a hacer un lío al público y a separarlo del objetivo principal que no es otro que culpar a Israel de la situación de un territorio cuyo interior no controla ni cuyas fronteras en su totalidad tampoco controla. ¿Queremos silogismos falsos? España tiene un desempleo juvenil del 43,5%. A menos de dos puntos de distancia de Gaza. ¿Será culpa de la Embajada de Israel?

Naturalmente que el cierre israelí de su frontera con Gaza para el paso de personas influye en la situación del mercado de trabajo. Hubo un tiempo no muy lejano en que miles de gazatíes trabajaban en territorio israelí y enriquecían la economía de Gaza con sus remesas.

Y eso acabó porque entre la gente honrada que sólo quería trabajar y poner un plato de comida a sus hijos comenzaron a entrar personas a los que sus hijos les importaban un comino (mujeres incluidas) y sólo querían hacerse reventar en lugares llenos de gente para matar a cuantos más mejor. Y lo hacían. Los israelíes cerraron la frontera. Unos intolerantes.

Y luego vino el secuestro de Gilad Shalit. Secuestro porque cuando a uno lo capturan fuerzas regulares se llama captura (y no siempre). Pero cuando lo agarran fuerzas irregulares que además están consideradas como terroristas por gobiernos de todo el mundo democráticamente elegidos se denomina secuestro. Y también están los misiles contra la población civil israelí. Que siguen cayendo. Y la sociedad israelí se ha cansado. Pero aquí no lo entendemos porque en el fondo no comprendemos que el mundo no es una inmensa acampada en la Puerta del Sol.

Pero el meollo del asunto es porqué ahora aireamos estos datos con este sesgo. Pues porque nos acercamos al happening antisemita del verano, que no es otro que el espectáculo flotillero, y hay que calentar motores. No vaya a ser que con tanta sangre inocente corriendo por las calles de Siria y Libia nos alejemos de lo verdaderamente importante: condenar a Israel.