DAVID HARRIS/TRADUCCION:MARIO NUDELSTEJER

Ahora que el mundo ha sido una vez más amenazado con la visión de tan nada egoísta, humanista, valiente, de émulos actuales de Martin Luther King y Rosa Parks, y cuyo objetivo único es alimentar al hambriento, desencadenar esclavos y poner en pie a los caídos, permítaseme hacerles algunas sugestiones adicionales más allá del engaño por Gaza.

Empecemos con Siria. La tropa de la flotilla podría mantenerse ocupada ahí durante semanas. ¿Por qué? Con los manifestantes contra el régimen de Assad siendo arrestados, encarcelados, torturados, baleados y muertos a diestra y siniestra, ¿dónde empezar? Pues ¿marchando en las calles al lado de los manifestantes? ¿Uniéndose a las procesiones en los funerales de víctimas? ¿Golpeando las puertas de las prisiones y las cámaras de tortura? ¿Demandando acceso para los corresponsales extranjeros que quieren cubrir las protestas en las calles de Siria? ¿Corriendo a la frontera turca para darle una mano a los refugiados sirios que huyen? O, ¿encaminándose a las oficinas de Assad, con una parada obligada durante alguna operación de la policía secreta que encabeza su hermano, y confrontar directamente a sus secuaces?

Millones de sirios que ansían el final de la dominación de la minoría alawita en el país, seguramente les agradecerían con flores.

Y entonces, llenos con el sentimiento del momento, los cuates de la flotilla podrían dirigirse al más cercano de los aliados de Siria: Irán. Por cierto, en el camino, deberán poner mucha atención en aquellos que viajan en dirección opuesta. Se inclinarían a saludar a los iraníes que por órdenes del gobierno acuden a Siria para apoyar a Assad en el apretón de su garra. Hasta entonces, tal vez yo soy solo una víctima de lo sesgado de los Medios occidentales, y ellos no son sino espíritus benevolentes iraníes –farsi parlantes “defensores de los derechos humanos” y “activistas de la paz”.

Una vez en Irán, ¿dónde empezar? La tropa de la flotilla podría hacerles una llamada a las víctimas Bahai, de la galopante persecución del régimen por practicar su pacífica forma de vida. O quisieran verificar a los tantos internos en la fila de la muerte, ya que Irán se destaca por el uso de la Pena Capital como castigo, incluidos los niños. O, ¿qué tal retar al régimen acerca del trato de quienes se atreven a protestar por el abuso iraní de la fuerza? Las prisiones y los panteones están llenos de disidentes que cuestionaron la negación de los derechos humanos. Y, mientras están en eso, por qué no desenvolver unas cuantas banderas con el arco iris para apoyar a la población homosexual de Irán.

Esto asume, por supuesto, que no han comprado lo dicho por el Presidente Ahamadinejad en la Universidad de Columbia, de que simplemente no hay gays en su país. A propósito, ese fue el mismo memorable discurso en el que declaró a la mujer iraní como la más libre del mundo.

Hablando de mujeres, ¿los amigos de la flotilla invertirían un tiempecito para la mitad de la población en la región? Conforme hacen su recorrido de país en país –ya sea en barco, autobús o avión-, ¿qué tal un brinquito a Arabia Saudita? Y asegúrense de incluir algún instructor de manejo en el grupo. Después de todo, el hecho de que a la mujer saudí no se le permita conducir ya es bastante malo, pero, otra vez, eso es sólo la punta del iceberg por la suerte a la que se les ha consignado.

Los integrantes de la flotilla a lo mejor podrían tomarse un momento para aprender lo que significa el concepto de “asesinato de honor” y de ahí agregar a algunos abogados a sus filas. Oh, sí, y deberían traer una Biblia cristiana para llevar a cabo un servicio al aire libre en Riyadh, para afirmar el derecho de los no musulmanes a vivir sin temor en un imperio donde practicar abiertamente una religión que no sea el Islam podría llevarles a un gran problema serio.

Y entonces, déjenles remontarse de vuelta en su “esperanzadora audacia” hacia el vecino de Gaza, Egipto.

Después de todo, si Gaza es el infierno en la tierra, ¿cómo explicar que la expectativa de vida en la nación más populosa del mundo árabe es de 1.3 años menos que en la Franja de Gaza? Egipto, entonces, para tomarlo prestado de Dante Alighieri, debe estar todavía más abajo en el purgatorio. Deben orar por ayudarles, tras tan desafortunados años de privaciones de vida en Egipto. Y mientras están en Egipto, ¿qué tal llamar la atención sobre las súplicas de la minoría de Coptos cristianos, cuyos miembros sufren de discriminación y asesinatos, y cuyas iglesias han sido incendiadas? Seguramente, tan violenta persecución debe estar muy arriba en vuestro orden de prioridades, especialmente cuando involucra literalmente a millones de personas.

Por ahora, no apuesten la granja de la familia a que los amigos de la flotilla se aparecerán en algún momento cercano en Egipto, Siria, Irán, Arabia Saudita, o en cualquier lugar fuera de Gaza. ¿La Razón? Simple y obvia: Si no tiene alguna conexión israelí, no les interesa.

¿Por qué?, Buena pregunta. Su obsesión mental fundamental con Israel y sus presuntos pecados son más valorados por su profundidad en su estudio psicológico, exactamente como su desatendido ejemplo de verdadero y egregio sufrimiento humano, que no involucra el mundialmente único y solo Estado judío.

La predecible respuesta de los miembros de la flotilla y sus ardientes defensores será que “dos equívocos no hacen un acierto”, o de que eso es solo una distracción para lo que realmente ocurre en Gaza.

Bueno, no; dos equívocos no hacen un acierto, pero ¿cómo explicar el tormentoso silencio de los integrantes de la flotilla –autodefinidos, poseedores modernos de la antorcha de los derechos humanos-, conforme las libertades básicas están entrampadas ante sus ojos en una y otra nación, para ser apreciadas, atendidas con expresa indiferencia?

¡Solo imaginen qué poder adquirirían aquellos en grave riesgo de sí mismos, desde Trípoli hasta Teherán, sabiendo que se tiene una promesa de vida gracias a personas preocupadas y preparadas a arriesgar su propia existencia, y agallas, en fraternal solidaridad!

Pero, otra vez, vida y agallas estarán otra vez en el borde. La tropa de la flotilla, aun si dieran un higo por lo que está sucediendo en Siria o Irán saben muy bien que no tendrían oportunidad ninguna contra regímenes que, en cualquier caso, no han mostrado el menor respeto por la santidad de la vida humana. Para toda esa demonización de Israel, saben que pueden contra la conciencia de una sociedad democrática que usa la fuerza –sí, de acuerdo a un estricto código de conducta-, solo como último recurso. Sin embargo, si hubiera algunos integrantes de las flotillas que buscan realmente el martirio, sus oportunidades, deben tomar nota, se elevarían dramáticamente con un intento de protesta en las oficinas de Assad o las prisiones de Irán.

Luego, ahí está la cargada de distracción –siendo todo eso únicamente una cortina de humo para desviar la atención de lo que realmente ocurre en Gaza. ¿Y qué es exactamente lo que sucede en la Franja de Gaza?

La última vez que observé, Hamas estaba a cargo. Y la última vez que lo corroboré, Hamas era el grupo genocida con la meta declarada de matar judíos y destruir Israel. (Y para los cuates de la flotilla, una amistosa advertencia: si personalmente alguna vez caen bajo el régimen de Hamas, como mínimo díganle adiós a las libertades que supuestamente esgrimen y atesoran.) Ha sido etiquetada como una organización terrorista por los Estados Unidos y la Unión Europea. Aún así, la ayuda está llegándoles a través de dos fronteras terrestres –de Israel y Egipto- y la ONU está presente con sus fuerzas.

Los Estados Unidos, la Unión Europea, y el Secretario General de la ONU todos públicamente se han opuesto a los intentos actuales de las flotillas, por ser totalmente innecesarios y, al mismo tiempo, deliberadamente provocadores. Israel ha salido de Gaza por voluntad propia, y solo se aparece cuando requiere responder, como cualquier nación lo haría ante violentos y no provocados ataques a sus ciudadanos desde el interior de la frontera de Gaza. Y más importante aún, el futuro de Gaza está finalmente en manos de sus residentes. Pretender que fuera de otra manera, como lo ponen los integrantes de las flotillas, es la ulterior infantilización de quienes viven ahí.

Y, sí, uno puede preocuparse por Israel y también sobre el estado de los derechos humanos en los países vecinos. Después de todo, si Siria e Irán incluso han omitido la seguridad democrática que tiene Israel, remotamente podrán estar en la posición que tienen hoy –y la región y el mundo estarían mucho mejor.

Los miembros de las flotillas podrían contribuir, pero no quieren. Sin el apoyo mediático del ángulo israelí, no hay atractivo. Martin Luther King, Jr. y Rosa Parks entendieron la posición básica de que los derechos humanos son indivisibles. Su herencia está viva aun hoy, como debe ser, pero seguramente no en manos de los activistas de las flotillas.