7 de agosto2011- A la dramática situación que vivieron los mercados la semana pasada se suma ahora la rebaja de S&P a Estado Unidos. Se teme lo peor especialmente tras la caída hoy del 6% de la Bolsa de Tel Aviv, que abre en domingo, y que ha tenido que suspender su sesión tras caer más de un 6%.

La Bolsa de Riad, la más importante de los países árabes, ayer, que cayó un 5,46% y Tel Aviv hoy, dado que en Israel la semana laboral, comienza en domingo han sido los primeros mercados de valores en sufrir la reacción a la única degradación de la deuda de Estados Unidos desde 1941, que Standard & Poor’s rebajó a última hora del viernes de la calificación AAA, la máxima, a AA+.

Esa reacción de pánico tanto en Arabia Saudí como en Israel augura un lunes negor para el resto de los mercados en una jornada que comenzará en aSia, continuará en europa y se cerrará en Estados Unidos.

Por eso, el grupo de los siete países más industrializados, el G7, busca este domingo una respuesta a la crisis de la deuda de la Eurozona y la degradación de la nota sobre la solvencia de Estados Unidos para evitar un nuevo derrumbe de las bolsas mundiales el lunes.

“Los mercados ya se lo esperaban”, explicó el domingo el economista jefe para Europa de S&P, Jean-Michel Six, para quien la preocupación de los mercados “tiene que ver mucho más con la reactivación, con la fuerza de la reactivación económica, que con una y otra nota en concreto”.

Muchos expertos temen que los mercados se desplomen el lunes.

“El hecho de que Standard & Poor’s haya finalmente apretado el gatillo (…) hará sin ninguna duda que los mercados financieros se derrumben en la apertura del lunes”, aseguró Paul Dale, analista de Capital Economics, con base en Estados Unidos.

Los ministros de Economía y presidentes de los países del G7 -formado por Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Canadá, Italia y Gran Bretaña- han multiplicado este fin de semana los contactos telefónicos para poder elaborar una estrategia común.

Los países del G20, que reúne a las principales economías del planeta, también han mantenido este domingo una conferencia telefónica de urgencia sobre las crisis de la deuda y la degradación de la nota de Estados Unidos, informó el viceministro surcoreano de Economía, Choi Jong-Ku.

La conversación se llevó a cabo varias horas después de que los titulares de Economía del G7 y sus consejeros mantuvieran una teleconferencia durante la noche del sábado, rodeada del máximo secretismo.

Otra teleconferencia entre los ministros de Finanzas y los principales banqueros del G7 está prevista antes de que abran los parqués asiáticos el lunes, según medios japoneses, quienes hablan de una posible declaración conjunta para calmar a los mercados.

El Banco Central Europeo (BCE) también esta reunido este domingo, según fuentes cercanas a la institución citadas por la agencia financiera Dow Jones Newswires.

Entre las medidas que se estudiarán está la posible intervención del BCE, que desde el lunes podría comprar deuda de Italia. Este proyecto fue anunciado por el ministro italiano de Reformas Institucionales, Umberto Bossi, pero no fue confirmado por la institución europea.

Los mercados habían reclamado una intervención de este tipo. Pero el discurso del pasado jueves del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, que prometió nuevas compras en el mercado de la deuda, no tuvo efecto en los inversores.

Éstos esperaban que la compra fuera dirigida principalmente a España e Italia, pero Trichet no dijo nada sobre esta cuestión.

Como consecuencia, las primas de riesgo de estos dos país en los mercados de la deuda frente a Alemania, país de referencia de la zona euro, alcanzaron nuevos récords.

La decisión de S&P “provocará un efecto rebote en España e Italia y pondrá a Francia bajo presión”, estimó Charles Wyplosz, profesor de Economía de la universidad de Estudios Superiores de Ginebra.
“La zona euro baja al infierno”, alertó.

Esta mañana, la apertura se retrasó durante 54 minutos al registrar fuertes descensos del 6% en los primeros compases de la sesión, con el objetivo de dar más tiempo a los inversores para estabilizar el mercado.