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Fungió, entre otros cargos, como Secretaria de Desarrollo Social, Secretaria de Educación Pública, Coordinadora del Grupo Parlamentario del PAN y  es ahora Precandidata del PAN a la Presidencia de la República. Es, sin duda, una gran mujer, y es un honor para Enlace Judío publicar esta entrevista de Josefina Vázquez Mota, en la que aborda temas como la Comunidad Judía de México, política y mujeres, pobreza en México… y otros.

May Samra: Gracias, Josefina por recibirnos ¿Crees que los mexicanos están listos para -y  merecen tener- una mujer que los dirija?

Josefina Vázquez Mota: Estoy absolutamente convencida de que hoy es tiempo de las mujeres -y es tiempo de las mujeres también para México.

Primero, porque las mujeres siempre hemos sido constructoras de hogares, como hijas, madres, hermanas, esposas- y anhelo y quiero y sueño que México sea el mejor hogar para todos los mexicanos, que seamos capaces de dialogar nuestras diferencias, de construir acuerdos- y sobre todo construir para México un país de paz, de certeza, de confianza y de prosperidad.

La Presidencia de la República no es una cuestión de género, pero las mujeres hemos demostrado, al igual que los hombres, capacidad y talento.

Para la gran mayoría de las mujeres, lograr estas posiciones ha representado un esfuerzo extraordinario, así que México está preparado para tener una mujer en la Presidencia de la República.

¿Qué es lo que el PAN desde la presidencia puede ofrecer a la Comunidad Judía de México?

Primero que nada, en lo personal, quiero agradecer a la Comunidad Judía de México por su calidez y acompañamiento. Ha sido una comunidad sin la cual yo no podría explicar mi vida ni explicar México. Es una comunidad emprendedora, una comunidad que nos ha enseñado el valor de la solidaridad y cómo construir de mejor manera, en comunidad; es una comunidad que aporta trabajo, esfuerzo e inversión todos los días al país, así como los mejores hombres y mujeres en la intelectualidad: grandes pensadores, científicos, médicos, todos originarios de la Comunidad Judía

.Quiero decir que, como Partido Acción Nacional, lo que ofrecemos a la Comunidad Judía no es solamente este reconocimiento y gratitud, es la certeza de un país donde se invierte con estado de derecho, donde hay reglas claras para todos, un país que está llamado a ser parte de las economías emergentes del siglo XXI, y hoy una de las nueve economías más poderosas de este mundo.

Un país donde siempre tendrán un espacio de igualdad, de respeto a sus costumbres, a su religión, a su tradición, y donde nosotros los vemos como nosotros mismos, como mexicanos que aman y quieren a este país.

¿Qué es lo que tú le pedirías a nuestra comunidad?

Lo primero que me gustaría después de agradecer a la Comunidad, es pedirle que me convoque a sus foros, pedirle a las mujeres de la Comunidad que me inviten para presentarles mi propuesta de México…

Creo que hay un México que sí es posible con una calidad educativa mucho mejor que la que hoy tenemos; creo que hay un México que sí es posible con paz y seguridad; creo que hay un México donde podamos ser iguales ante la ley y las oportunidades, y sobre todo creo que hay un México que sólo es posible con las mujeres y no al margen de ellas.

Le pediría lo mismo a los jóvenes de la Comunidad: que me den la oportunidad de encontrarme con ellos; y por supuesto, a los hombres de la Comunidad, que me permitan ser parte de sus propuestas para México. Así que lo que le pediría de manera más urgente e importante a la Comunidad, es que me convoquen y que me permitan escucharlos, pero que me den la oportunidad también de presentar mi visión de México de hoy y para el futuro.

¿Están hechas la mujeres para la política? ¿Cómo te nació esta afinidad, recuerdas el momento exacto en que dijiste “quiero entrar en la política” y después “quiero ser presidenta”?

Claro que lo recuerdo. La verdad es que debo confesar que, en mis planes de vida, la política no estaba presente. Siempre participé mucho en la iniciativa privada, en la promoción de la libertad, de la democracia, de la educación. Desde la sociedad civil y en el sector empresarial, conocí liderazgos muy importantes que después fueron a la política: a Ernesto Rulfo, primer gobernador del PAN en Baja California, a Carlos Medina Placencia (a quien le debo la invitación formal a la política), a Luis Felipe Bravo, al Maquío, a muchos empresarios quienes entonces se involucraron, cuando, durante muchos años en México, se pensó que la política no era para el sector empresarial. Recuerdo que, en 1997, Carlos Medina me invitó por primera vez en ese entonces, a conocer a Felipe Calderón, quien era el Presidente del PAN, porque Carlos quería que me incorporara al Congreso como diputada.

En aquel momento no me fue posible acudir a esa cita tan importante y pensé que había perdido mi cita con la historia. Sin embargo, tres años más tarde, en el 2000, año de la alternancia, año de Vicente Fox, Carlos Medina me volvería a buscar.

Iban a celebrarse las elecciones presidenciales y me dijo que volviera a considerar la posibilidad de ir al Congreso. Debo decir que a él le debo esa invitación: así llegué yo al Congreso donde conocí finalmente a quien era mi Coordinador Parlamentario, el actual Señor Presidente Felipe Calderón; ahí también me encontré con el Presidente Electo, Vicente Fox.Estuve tres meses en el Congreso. Tras este periodo, el Presidente Fox me invitó a ser su Secretaria de Desarrollo Social.

Nunca me imaginé, ni cuando llegué al Congreso, que iba a tener tanto respaldo del entonces Coordinador, Felipe Calderón. Mucho menos que, invitarían, por vez primera en la historia, a una mujer par que encabezara la Secretaría de Desarrollo Social. Así que, como ven, fue una incursión muy rápida, muy tensa, y esto me permitió trabajar incansablemente, pero sobre todo, empezar a caminar México como nunca antes lo había hecho.

Por supuesto que las mujeres estamos preparadas para la política: tal vez sin darnos cuenta, las mujeres hacemos política todos los días. Cuando construímos acuerdos en nuestra casa, entre nuestros hijos o con nuestra pareja, cuando construímos un mejor entendimiento entre las familias, cuando trabajamos para la comunidad, cuando expresamos nuestros puntos de vista…

Todos hacemos política: la diferencia es quién la hace en un partido y quién la hace en su vida cotidiana; así que ¡claro que estamos hechas para la política! Porque, por nuestra educación, también nos gusta el diálogo antes que la confrontación: las mujeres buscamos primero resolver los problemas antes que dividirnos o antes que separarnos para siempre.

Y a México le urge hoy el diálogo y la construcción de acuerdos.Sabemos que tienes muchos amigos en la Comunidad Judía de México.

¿Nos puedes platicar un poco de tus relaciones con ellos?

Para mí es un gran honor y empezaré por mencionar de quién, en público y en privado, siempre me expreso y digo que es mi papá adoptivo: Don Alfredo Achar, quien ha sido no solamente una presencia luminosa y generosa en mi vida y en la de mi familia, sino, en momentos decisivos de mi vida, mi principal guía espiritual y mi consejero más valioso.

Cada vez que veo a Don Alfredo, me encuentro con un mexicano que me pregunta ¿qué más puedo hacer por México? Jamás me ha preguntado ¿qué me van a dar ustedes? Siempre dice ¿cómo ayudo, qué más puedo hacer, en qué más me toca colaborar? En muchas ocasiones he compartido, con muchos empresarios, la idea de que si pudiésemos clonar a Don Alfredo Achar, tendríamos un país mejor, un país más próspero,  de más esperanza y de mejor aliento. Por supuesto, a toda la familia Achar, que es una familia muy grande y muy querida en la Comunidad, sus hermanos, su esposa,  sus hijos, sus primos…

…Intelectuales muy conotados como el periodista Ezra Shabot y su esposa Rebeca, quienes son de mis amigos más queridos. También está Luis Rubio,  en el mundo intelectual, a quien conozco desde hace 25 ó 30 años. Éstas son solamente algunas de las personas que he tenido el privilegio de querer y de conocer en esta comunidad.

¿Qué te hace ser diferente a los otros candidatos en el interior del PAN?

A reserva de lo que los panistas tengan que decidir o decir acerca de qué es lo que me hace ser diferente, me gustaría mucho más hablar de qué puedo aportar yo al partido.He caminado el país desde las dos agendas que, tal vez, son las más sensibles en México: la agenda social y la agenda educativa.

Ambas son agendas que me han enseñado primero el talento de este pueblo, de los mexicanos, sus hombres, sus mujeres, sus jóvenes, la capacidad de trabajo y de entrega que tenemos. Conocer a México desde la pobreza y el dolor, desde la desesperanza, me ha enseñado a valorar mucho mejor lo que sí tenemos y después luchar por aquello que hace falta para vivir con la mínima dignidad en este país. Cuando entregaba escrituras de una vivienda, me percataba del valor que tienen los derechos de propiedad; cuando hicimos crecer un programa como Oportunidades, o cuando trabajé con las comunidades migrantes de mexicanos en EUA, aprendí el valor de su esfuerzo, de su incansable trabajo. A través de un programa de remesas comunitarias, logramos muchas obras buenas en sus pueblos, en sus comunidades de origen.

Más adelante, conocer el país desde la SEP (Secretaría de Educación Pública), no hizo sino nuevamente fortalecer mi convicción de que la apuesta educativa es la más importante en la vida de México y así tiene que ser. Por otro lado, haber encabezado y coordinado la campaña del entonces candidato Felipe Calderón, una campaña desafiante, me permitió mirar a México desde otra perspectiva. Esto es lo que quiero y puedo aportar a mi país: conozco México, lo conozco desde todas estas aristas, y por lo tanto creo conocer las soluciones y las propuestas que necesitamos para mejorar.

No te pierdas la parte II de la entrevista de Josefina Vázquez Mota, en exclusiva para  Enlace Judío.