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El Consejo de Seguridad de la ONU rompió su silencio de varios meses sobre la violencia en Siria y censuró al régimen de Damasco, pese a la oposición del Líbano, miembro temporal del órgano que finalmente se desvinculó de la condena a su país vecino.

“Es un texto contundente y se trata de un gran éxito para los países europeos que hemos batallado durante semanas para obtener una reacción del Consejo de Seguridad”, indicaron a Efe fuentes diplomáticas europeas tras alcanzar el acuerdo sobre la condena contra el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.

Las mismas fuentes no escondieron su satisfacción concretamente ante el hecho de haber logrado el respaldo de “países muy conservadores, como Rusia y China”, que apoyaron la condena tras haberse opuesto a que el Consejo se pronunciara en las últimas semanas con el apoyo de India, Brasil, Sudáfrica y Líbano. Ese último país, sin embargo, realizó una maniobra diplomática que le permitió primero abrir paso a la declaración presidencial de condena -un mecanismo que requiere de la unanimidad del órgano- y, una vez que ésta fue leída, desvincularse de ella.

“Lo que afecta al Líbano afecta también a Siria y lo que afecta a Siria afecta asimismo al Líbano. Así lo demuestra la Historia”, indicó el representante de ese país, que lamentó “profundamente la muerte de inocentes” en la nación vecina, pero acabó retirando el apoyo a la condena “porque no aborda la actual situación” de Siria.

El presidente de turno del Consejo, el indio Hardeep Singh Puri, aseguró ante la prensa que existen “precedentes en el pasado” de acciones similares a la libanesa y aplaudió igualmente que se alcanzara un acuerdo “en un proceso que no ha sido nada fácil”. “Hay que destacar que el Consejo ha estado completamente unido sobre el contenido de la declaración y el mensaje que ésta debía enviar”, subrayó Puri sobre un texto que condena “las violaciones generalizadas de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra los civiles por parte de las autoridades sirias”.

Además, pide a Damasco “el completo respeto a los derechos humanos” y que cumpla “con sus obligaciones bajo las leyes internacionales al respecto”, al tiempo que pide el cese inmediato de la violencia, un apartado en el que se dirige a los manifestantes para solicitarles que eviten “los ataques contra las instituciones del Estado” sirio. “Los actos bárbaros deben cesar en Siria. El país debe encontrar la estabilidad y solo lo logrará mediante el cese inmediato de la violencia y la puesta en marcha sin dilación de una profunda reforma política, el respeto a los derechos humanos y las libertades básicas”, dijo el embajador británico, Mark Lyall Grant, en nombre de los países de la Unión Europea que se sientan en el Consejo.

Estos países (Reino Unido y Francia, permanentes y con derecho de veto, más los temporales Alemania y Portugal) presentaron en junio un proyecto de resolución de condena a Damasco apoyado por EEUU, pero que chocó directamente con Rusia y China, además de con Brasil, India, Sudáfrica y Líbano. Después de que Damasco lanzara el pasado fin de semana una nueva sangrienta oleada represiva, creció la presión para que el Consejo se pronunciara de una vez, algo que ha ocurrido en el tercer día de reuniones intensivas a petición de los europeos y en las que se acordó pasar de una resolución a una declaración presidencial, un texto con menos implicaciones jurídicas.

La declaración del Consejo de Seguridad recibió enseguida el aplauso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien en numerosas ocasiones había pedido una acción inmediata del órgano. “Doy la bienvenida a la declaración como un mensaje claro de la comunidad internacional. El mundo ha visto el deterioro de la situación en Siria con profunda preocupación, pero los acontecimientos de los últimos días han sido brutalmente estremecedores”, dijo Ban a la prensa tras la reunión del Consejo.

El máximo responsable de la ONU pidió a Al Asad y las autoridades sirias “el cese inmediato de la violencia contra su pueblo, el respeto inmediato a los derechos humanos, la puesta en marcha de las reformas que han anunciado y el cumplimiento de las demandas del Consejo de Seguridad para permitir la entrada al país de equipos humanitarios independientes”. También pidió que se investiguen los crímenes perpetrados en el país y que se juzgue a sus responsables, al tiempo que recordó a Al Asad que debe escuchar y responder “a las legítimas aspiraciones del pueblo sirio”.

Numerosas organizaciones habían pedido insistentemente que el Consejo de Seguridad condenara la represión de Al Asad, entre ellas Human Rights Watch (HRW), cuyos representantes en Nueva York se apresuraron a aplaudir la condena unitaria alcanzada este miércoles. “Cuando incluso sus aliados más próximos condenan sus acciones, el presidente Al Asad debería entender el mensaje y poner fin a los ataques contra los manifestantes pacíficos en Hama y en todo el país”, señaló en un comunicado una de las directoras de la organización, Peggy Hicks.