ENLACE JUDÍO

 

 

El 18 de agosto, rodeada de parientes, amigos y personalidades, presentó Helen Krauze su libro “Pláticas en el tiempo”, en el hermoso espacio de Donceles 66.

Este volumen es una recopilación de entrevistas seleccionadas, realizadas por la autora y prologadas por su hijo, Enrique Krauze. En un inicio, Helen inició con novecientas entrevistas, que se redujeron a 100, de las cuales quedaron ochenta y nueve, ente las cuales destacan las de Carlos Monsiváis, Sarita Montiel, Josephine Baker, Manolo Fábregas, Hugo Argüelles, Elena Poniatowska, Emilio Portes Gil, Teddy Stauffer, Chabuca Granda y Pedro Freideberg.

Para quienes no la conocen, Helen Krauze es miembro de  varias asociaciones, como lo es la AMMPE (Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras) en la cual es vicepresidenta honoraria desde hace más de 30 años; así como del Grupo Veinte Mujeres y un Hombre y de la Asociación Mexicana de Prensa Turística (AMPRETUR), es una mujer sencilla, cariñosa y de fácil sonrisa quien, en entrevista con Enlace Judío, reveló: “Nunca caí en el amarillismo, hablé mal de alguien, o publiqué cosas hirientes”; lo cual, en cincuenta años de periodismo, es una verdadera hazaña.

“Podía haber sido actriz de cine o televisión, donde le ofrecieron papeles” dice Enrique Krauze en el prólogo del libro. “O una buena y tradicional “madre judía”, obsesivamente preocupada por la comida, la salud, las amistades, los amores … de sus hijos. Podría haber sido una esposa frívola, derrochadora, tendida –como en la canción de Agustín Lara, que de niña escuchaba en la “Hora Azul”- sobre “un blanco diván de tul”.

De hecho, fue su labor comunitaria en el Comité Central Israelita (hoy, Comité Central de la Comunidad Judía de México), la que la llevó al periodismo.

“Me gustaba escribir los boletines del Comité; por eso fui a presentarle uno de ellos a Novedades, para que este medio informara sobre las becas que ofrecía esta institución”.

Ese mismo día, se encontró con Don Daniel Dueñas, director del periódico, quien le preguntó si le gustaría colaborar para el periódico.

“Entonces recordé lo que decía mi abuela: en el periódico hay que salir dos veces en la vida, cuando naces y cuando te mueres”.

Sin embargo, en un despliegue de gran valor, le dijo:” Sí señor, acepto esta oportunidad”.

Y, con ello, cambió su destino para siempre.