ANDREA MONTIEL

Renazco.
Un latir acelera mi pulso moribundo.

Ahora soy tensa cuerda vibrando
en el aire que tu pecho exhala.

Entonaré un canto en tu nombre,
un himno de fuego,
de bestia luminosa
como tu hirsuta cabellera.

Mi torrente de voz te acechará,
caudal en la brecha del juego.

No habrá treguas ni armisticios.

Tus contornos serán el territorio
y tu corazón una de mis fronteras.
Dejo la otra
para que tú
marques el trayecto.

Ilustracion: Arnaldo Coen