SHULAMIT BEIGEL, DESDE ISRAEL EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Los adolescentes de hoy en día son la tercera generación de los tiempos del SIDA. Estos jóvenes nunca han conocido un mundo sin AIDS. Millones han muerto ya desde que comenzó. Las estadísticas del mundo hablan de 12 millones de personas en el mundo con SIDA. En veinte países africanos, 5 % o más de mujeres entre los 15 y 24 años, están infectadas. En Israel actualmente hay alrededor de 6300 ciudadanos israelíes infectados también, según informa la Fundación de AIDS en Israel.

Aterrador, creo yo.

Sin embargo, hay personas que no piensan lo mismo.

“El amor fue siempre un sentimiento peligroso. Si de algo tengo que morirme preferiría que fuese de amor, no de SIDA”, ha declarado en infinidad de ocasiones, el escritor colombiano Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez. El laureado escritor, que próximamente (el 6 de marzo del año que viene), cumplirá ochenta y cinco años, nunca se ha mostrado ni muy sorprendido ni muy inspirado por el moderno flagelo. “Recuerdo la época en que en las calles de Bogotá aparecían grandes carteles que advertían: “Si no temes a Dios teme por lo menos a la sífilis”, esta enfermedad era como el sida, pues era resultado del amor”, cuenta García Márquez, agregando que el tema ni siquiera le interesa como material literario. “Se trata de una epidemia relacionada con la conducta humana. El SIDA carece por ello de la aureola metafísica que caracteriza a otros males, como el cólera, por ejemplo, que te puede sorprender sin que te muevas del umbral de tu casa”.
En síntesis, no saldrá de la prestigiosa pluma de Gabo, como cariñosamente se le conoce en Latinoamérica, nada que se titule: “El amor en los tiempos del AIDS”.

Se me ocurre sin embargo, que de alguna manera Márquez ya prescribió un excelente e inefable remedio contra el mal que nos ocupa: Cien años de soledad.

FIDEL LEE A DRÁCULA

Y a propósito de García Márquez, me acuerdo de una anécdota en que, respondiendo a una invitación hecha hace algunos años por Fidel Castro al escritor, ambos se fueron a pescar. No se sabe si por la influencia del calor tropical o del aburrimiento, Gabriel le recomendó a Fidel un libro que definió como apasionante: Drácula de Bram Stoker. Respondiendo a la recomendación del laureado Premio Nobel, el ex-líder cubano decidió ponerla en práctica en forma inmediata. García Márquez se sorprendió al ver a la mañana siguiente a su amigo Fidel bajando a desayunar con los ojos completamente rojos e hinchados. Pero más se sorprendió cuando el legendario Fidel le confesó que el librito en cuestión no le había dejado dormir ni siquiera un minuto en toda la noche. ¿El librito?

FUMAR ERA UN PLACER
(Para Mario Nudelstejer)

¿Se acuerdan de aquel bolero que cantaba Sarita Montiel y que aseguraba que “fumar es un placer sensual”?

Bueno, pues eso se acabó hace tiempo. Todo mundo sabe hoy en día que inhalando humo no se llega a la cama de una amante sino a la cama de un hospital.

Fue pensando en esto que un señor llamado Tuvia Eden, de Ashdod, decidió lanzar al mercado israelí hace ya muchos años un remedio (que se consideró novedoso cuando salió a la venta), contra el maligno vicio, y que puede ser adquirido hoy en día por 200 shekels.

Se trata de un jarabe rojizo y pegajoso, hecho a base de agua, aceite de eucalipto, romero, salvia, tréboles rojos, y unas cuantas yerbas raras con nombres indescifrables. Su marca: “El Redentor” (Hagoel, en hebreo), o en ebrio, como dice riéndose un nuevo inmigrante amigo mío que no sabe el idioma.

Se toma usted una cucharita del líquido, lo mantiene por unos 15 segundos en la boca, hace unas gárgaras y olvídese del cigarro.

¿Y qué pasa si no resiste la tentación de fumar?

Muy simple, la mezcla de la nicotina con el jarabe le producirá tales náuseas y sensaciones desagradables, que se arrepentirá de haber nacido, o de haber fumado, o de haber invertido 200 shekels para arruinarse el día con semejante redentor.

BUENAS NOTICIAS PARA ARGENTINOS

Mis amigos argentinos seguramente están felices con la noticia de que en Caracas acaba de inaugurase un instituto para el desarrollo de la personalidad, según las leyes de la logoterapia, una forma de análisis existencial, fundada por el judío vienés Víctor Frenkel, psiquiatra y neurólogo, sobreviviente del holocausto.
Frenkel nació en 1905 y falleció en 1997. Carolina Orozco, la directora del instituto, nos recuerda que Frenkel, quien estudio con Freud y escribiera “El hombre en busca de sentido”, publicado por primera vez en 1946, unas crónicas de sus experiencias en el campo de concentración, comenzó a desarrollar sus tesis terapéuticas a comienzos de la década de los 30.

Hay un solo problema. El instituto, utilizando los métodos de Frenkel, está en contra del diván y la terapia de grupo, y aquellos que asistirán no serán insultados, nadie les gritará ni menos los desvestirá. Pero el problema más grave es que utilizando las tesis de Frenkel, se otorga especial énfasis a la introspección personal, acompañada de un desarrollado sentido del humor hacia la vida y hacia uno mismo. ¿Buenas noticias para argentinos, dije?

Mil VECES NO

Mi hija me cuenta por teléfono que su hijito de tres años y medio se despertó por la mañana diciéndole “NO” a todo. No a desayunar, no ir al kínder, no dormir. No, no, no. El berrinche de Dan incluyó 24 veces la palabra NO. Debo confesar que el NO de mi nieto me llenó de orgullo, haciéndome pensar que es parecido a lo que ocurre en Israel, donde el ministro de relaciones exteriores ha utilizado constantemente el adverbio NO y éste ha sido elevado entre nosotros a la categoría de política oficial, al menos por parte del gobierno. Avígdor Lieberman ha dicho NO a la devolución de territorios, NO a los acuerdos de Oslo de 1993; NO a seguir dando dinero a la autoridad palestina si reciben el reconocimiento de un Estado palestino, no, no, no, etc., etc. No nos queda más que pensar que de ahora en adelante, cualquier persona que se atreva a decirle SI a alguien o a algo, pasará a ser sospechosa de atentar contra la seguridad del Estado.

TODAS LAS MUJERES DEL PRESIDENTE

Cayó en mis manos un viejo número del vespertino alemán Bild, y como me encontraba en el consultorio de un dentista pues no me quedó otro remedio que leer lo que había. El artículo cuenta acerca de las amantes de ministros y presidentes en Estados Unidos. A mí el tema de quién tiene relaciones con quién, no me interesa mucho, pero… por la curiosidad femenina, pues seguí leyendo. Como son muchas las historias amorosas voy a remitirme a algunas solamente.

El ex senador demócrata Gary Hart, por ejemplo, se tuvo que retirar de la campaña presidencial en 1988. Su romance extramatrimonial con la modelo Donna Rice le sumó muchos titulares, pero le hizo perder las simpatías del electorado. “Los hombres no le perdonaron por envidia, y las mujeres por despecho”, declaró en aquel entonces un periodista norteamericano con fama de cínico. Al comienzo de su campaña electoral, Hart intentó quitarle importancia al escándalo, afirmando: “No seré el primer presidente de los Estados Unidos que traiciona a su esposa”. Pero eso igual no le ayudó, y desde entonces no le ha quedado otro remedio que escribir libros.

La revista alemana que les mencioné, sale en defensa de Hart, al publicar una especie de historia secreta de la vida íntima de otros presidentes norteamericanos. Allí me enteré que Thomas Jefferson, autor de la Declaración de la Independencia norteamericana de 1776, y tercer presidente de Estado Unidos, mantuvo relaciones con una pintora de nombre Maria Cosby, aparte de un “affaire” con una mujer de color.
Otro prócer no menos venerado, Abraham Lincoln, décimo sexto presidente norteamericano desde 1861 y hasta que fue asesinado en 1861, también probó el fruto prohibido en una sola oportunidad, con la esposa de uno de sus generales.

Franklin Delano Roosevelt, que ejerció la presidencia postrado en silla de ruedas, mantuvo sin embargo durante años un fogoso romance con Lucy Merser Ratherford, secretaria de su propia esposa. David Eisenhower despertó por su parte las sospechas de su mujer cuando, siendo comandante de las fuerzas aliadas en Europa, eligió como chofer a una bella sargento irlandesa.

Pero el presidente que ganó todos los récords, y que podría aparecer en el libro de Guiness, fue John F. Kennedy. A Kennedy el diario germano le adjudica 1600 romances, Marlyn Monroe incluida.
La verdad es que ignoro por qué extraña ironía del destino la residencia de los presidentes norteamericanos se sigue llamando, con inmaculada inocencia, la CASA BLANCA, y menos ahora, aunque por distintas razones.

URI 007

¿Se acuerdan de Uri Geller, ese joven israelí que se hiciera famoso en los años sesentas doblando cucharitas y arreglando relojes con el solo auxilio de su pensamiento? Pues bien, en una entrevista a un periódico británico, Geller confiesa haber puesto su capacidad psíquica desde hace tiempo, al servicio del Mossad y la Cia, ayudando a estos servicios de espionaje a conseguir información sobre desertores y terroristas, gracias a sus poderes telepáticos.


Increíble ¿no? Pero les aseguro que los que se creen estas historias a lo Uri Bond 007 son muchísimos, más de lo que ustedes se imaginan. Si no fuera así, Geller no podría darse el lujo de vivir en un castillo inglés, rodeado de sirvientes y cucharitas dobladas.

#amorjudio