UNIVISIÓN

5 de octubre 2011- El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, definió hoy a Israel como una amenaza para Oriente Medio por contar en su arsenal militar con la bomba nuclear, y acusó a Tel Aviv de practicar “terrorismo de Estado”.

“Considero a Israel como una amenaza para su región y alrededores porque tiene la bomba atómica”, afirmó Erdogan en Sudáfrica, donde está de visita oficial, según recogió la agencia de noticias turca Anadolu.

Aunque Israel practica una política de ambigüedad sobre su arsenal nuclear, existe un consenso entre los expertos militares sobre su existencia, y cifran su poder en unas doscientas cabezas nucleares.

El primer ministro turco también reiteró sus acusaciones contra Tel Aviv de practicar “terrorismo de Estado”, una acusación que ha repetido desde que el Ejército israelí asaltara la “Flotilla de la Libertad” en 2010 y matase a nueve ciudadanos turcos.

Debido a ese incidente Turquía ha decidido situar al nivel más bajo posible las relaciones diplomáticas entre ambos Estados y suspender totalmente las relaciones militares bilaterales con Israel, hasta ahora un aliado estratégico.

Por otra parte, Erdogan también trató sobre el veto interpuesto por Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar que se aprobara ayer una resolución de condena a Siria por la represión contra los manifestantes, que habían presentado los cuatro miembros de la Unión Europea (UE).

El dirigente turco aseguró que esa decisión no cambiará la idea de Turquía de imponer sanciones unilaterales a Damasco.

“Turquía y algunos o todos los países de la UE van dar algunos pasos. La decisión (de la ONU) no impedirá nuestras sanciones. Vamos a imponer un paquete de sanciones”, aseguró Erdogan, que no detalló esas posibles contramedidas por parte de Ankara.

Erdogan tiene previsto visitar el próximo domingo un campamento de refugiados sirios en Turquía, cercano a la frontera con Siria, y los medios turcos creen que durante esa visita o poco después el jefe del Gobierno desvelará las medidas que adoptará su país contra el régimen de Damasco.

Desde mediados de marzo pasado Siria es escenario de revueltas populares contra el régimen de Bachar Al Asad, que acusa a grupos armados y terroristas de estar detrás de ellas, y que se han cobrado la vida de unas 2.700 personas, según cifras de la ONU.