*BENJAMÍN LAUREANO LUNA

10 de octubre 2011 -Veinticinco muertos y trescientos heridos son el resultado del provocado choque entre militares egipcios al reprimir la pacífica protesta de cristianos primitivos coptos.

Para justificar la represión militar, fueron lanzados matones civiles (baltaguiya) que dispararon contra la multitud lo que motivó a que los militares impusieran el “orden”.

Los medios oficiales acusaron a los manifestantes coptos de atacar y disparar contra los militares. La información pública de la “agresión” de los coptos impulsó a musulmanes salafistas a participar en los hechos.

Esta conjura ha creado desestabilidad.

Los “hermanos musulmanes” emergen con mayor poder.

Agentes secretos operan para “pescar” en río revuelto.

El Frente Internacional de Derechos Humanos recuerda a todos los actores, que el Tratado de Paz Egipcio – Israelí debe prevalecer, para no crear un nuevo conflicto armado.

El salafismo es un movimiento que se sustenta en las disposiciones religiosas de las tres primeras generaciones musulmanas y no admiten modificaciones.

Los coptos son cristianos de la época del imperio romano decadente y en este tiempo fueron mayoritarios, hasta la invasión musulmana; bajo el poder musulmán pasaron a ser minoría. En el Egipto de 80 millones de habitantes son el 10%  de la población y sufren de discriminación.

La presencia salafista en la vida pública pretende la islamización del Estado, lo que beneficia a Irán.

La juventud que operó la “primavera egipcia” en enero del 2011, exige una nueva revolución, pero ella debe tender a crear una sociedad abierta, en la que exista libertad de expresión y libertad de prensa; en la que la mujer quede liberada de la opresión masculina; en la que se organicen libremente partidos políticos y se discutan públicamente los problemas; en la que el ser humano sea el centro del desarrollo, para que se elimine la miseria y el hambre, pues en la actual sociedad una minoría es la beneficiaria de la riqueza nacional.

El intento de forjar una lucha interreligiosa tiende a crear una sociedad cerrada, sin libertades de tipo autoritaria. Debe prevalecer la libertad religiosa.

 

*Presidente del Frente Internacional de Derechos Humanos