ELPAÍS/RAMÓN LOBO

Gilad Shalit será el primer prisionero que regresa vivo a Israel después de 26 años. La noticia de que el Gobierno de Benjamin Netanyahu, un duro entre los duros, ha aprobado la liberación de más de mil presos palestinos a cambio del soldado israelí -secuestrado en Gaza hace 1.934 días-, representa una gran sorpresa.

Haaretz le dedica casi toda la portada. En la crónica principal revela que la aprobación contó con el apoyo de la mayoría absoluta del Gabinete: 26 ministros votaron a favor y tres en contra: el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, el ministro de Infraestructuras, Uzi Landau -ambos del partido Yisrael Beiteinu- y el viceprimer ministro, Moshe Ya’alon, del Likud, el mismo partido de Netanyahu.

El corresponsal diplomático del diario, Barak Ravid, revela detalles de la negociación llevada a cabo en El Cairo con mediación alemana y egipcia. En una tercera crónica, los periodistas Avi Issacharoff y Amos Harel titulan: “Hamas es el gran vencedor del acuerdo”. No hay detalles del intercambio, que se producirá en unos días según Netanyahu, pero incluirá a presos palestinos con delitos de sangre.

Según fuentes citadas por Haaretz el acuerdo no afecta a Maruán Barguti, líder de las dos Intifadas, que cumple cinco cadenas perpetuas en Israel desde 2002. Barguti es el preso más popular en Palestina, líder destacado en Al Fatah, el partido de Mahmud Abbas, y eventual rival para la presidencia. Fuentes palestinas lo incluyen. Hamodia ya informó en 2009 de los obtáculos que impedían alcanzar un compromiso, uno de ellos era Barguti.
El pacto con Hamás contó con el apoyo público del jefe del Ejército, Benny Gantz, quien dijo que Israel tiene el deber de traer sus soldados a casa, incluso si el precio es alto. Idea que recoge el Telegraph británico en su información.

El jefe del Shin Bet, el servicio de espionaje, Yora Cohen, considera que las concesiones son aceptables. Su antecesor Yuval Diskin, que se había opuesto al acuerdo con Hamas, dimitió en mayo. No es único crítico. Yosi Verter sostiene en su artículo en Haartez que a medio plazo es una catástrofe.

El libanés The Daily Star titula: Israel liberará a 1.027 palestinos en el intercambio por Shalit. The New York Times ofrece una crónica sobre el acuerdo: “Israel y Hamas acuerdan un intercambio de prisioneros a cambio de un soldado”. Ian Black en The Guardian sostiene que el acuerdo puede ser muy favorable para Hamas, pero también para el Gobierno de Israel. Donald Macintyre afirma en The Independent, que suceda lo que suceda, el acuerdo representa una gran sacudida del conflicto. El francés Liberatión opta por la poesía: “La esperanza de una liberación”.

El caso de Gilad Shalit fue objeto de una guerra de propaganda entre Hamas y el Gobierno de Israel, que incluyó el cómic divulgado a través de YouTube.