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24 de octubre 2011.- En homenaje a la escritora mexicana Esther Seligson, la Serie Diagonal de la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicó “Escritos a máquina”, libro que recopila parte de la vida de esta escritora, en específico sus viajes a Jerusalén y el Tibet.

Seligson, quien este martes habría cumplido 70 años de edad, comenzó a recopilar estos materiales desde 2009, sabedora de su delicada condición de salud, hurgando en su memoria, en sus cuadernos y archivos para, poco antes de su muerte, confiar a su albacea literario dos volúmenes compilados de su trabajo.

Esther Seligson nació el 25 de octubre de 1941 en la Ciudad de México, donde se le reconocía por su desempeño como escritora, traductora, historiadora y poeta mexicana.

Nació en el seno de una familia judío-mexicana. Con el paso de los años comenzó a estudiar química en la Facultad de Química de la UNAM, y al mismo tiempo se vio inclinada hacia el estudio de la historia de su pueblo y de las letras.

Ello la hizo cambiar su orientación profesional y estudiar las carreras de Letras Españolas y Francesas, también en la UNAM. Más tarde inició estudios con respecto a la cultura judía en el Centro Universitario de Estudios Judíos en París y en el Mahon Pardes de Jerusalén.

Poco después empezó a impartir clases de historia del teatro en el Centro Universitario de Teatro (CUT), de la UNAM.

Dio cursos de arte escénico y de montaje teatral, saberes que su amplia cultura le hizo dominar.

Preocupada por la difusión de la historia judía, comenzó a impartir también, en distintas sedes y tiempos, cursos de pensamiento judío.

Esther Seligson radicó en Lisboa por un tiempo y, más tarde, fincó su residencia en Jerusalén.

La también escritora Elena Poniatowska, que la conoció en Israel, en algún momento comentó, al preguntarle sobre ella, que “me atrajo por su capacidad de faquir. La vi en Jerusalén y me dio el gran espectáculo de su belleza quemada por el sol del desierto”.

A lo largo de su carrera, Seligson colaboró en numerosos diarios y revistas del país y, además, traducía, entre los textos que transcribió está la obra del filósofo Emile Michel Cioran.

También fue becaria del Centro Mexicano de Escritores y ganó el Premio Xavier Villaurrutia en 1973 por su novela “Otros son los sueños”, así como el galardón Magda Donato en el año de 1989.

Para el año 2005, se comenzó a reunir su obra en tres volúmenes, “A campo traviesa”, de 2005; “Toda la luz”, de 2006 y, “Negro es su rostro. Simiente”, de 2010, en una edición del Fondo de Cultura Económica.

En su obra, “Seymour Menton”, han dicho críticos, se ve la influencia de Juan García Ponce, lo mismo que de Marcel Proust, “se distingue por su análisis psicológico de sentimientos y sensaciones inspirados en gran parte, en el recuerdo de distintos tipos de relaciones amorosas”.

Existen otros textos y libros de la escritora judío-mexicana que, tanto por sus influencias místicas como por su incorporación de mitologías y arquetipos, son considerados complejos, pero con una prosa bella y reveladora.

Se dice que a ella no le preocupaba que calificaran su obra como difícil, en una ocasión explicó que la literatura no está escrita para los ignorantes, de ninguna manera, un inculto no puede leer nada. La literatura es de todos menos de los ignorantes, dijo.

Antes de morir la poeta impartía el seminario de su propia creación e iniciativa, titulado “Teatro y mito”.

Esta mujer apasionante y apasionada, según la califican, dejó aportaciones importantes en el quehacer literario. Entre sus obras se encuentran: “Tras la ventana un árbol” (1969); “Tránsito del cuerpo” (1977); “De sueños, presagios y otras voces” (1978); “La morada del tiempo” (1981); “Diálogos con el cuerpo” (1981) y “Las figuraciones como método de escritura” (1981).

Además de “Sed de mar” (1986); “Luz de dos” (1989); “La fugacidad como método de escritura” (1989); “El teatro, festín efímero” (1990); “Indicios y quimeras, isomorfismos” (1991); “A campo traviesa” (2005) y “Todo aquí es polvo” (post mortem, 2010).

Esther Seligson murió a los 69 años de edad el 8 de febrero de 2010 en la capital mexicana.